Hoy en día, se sabe mucho sobre los beneficios del deporte en la salud. Ayuda a controlar el peso, mejora la condición aeróbica, mejora la fuerza muscular y la resistencia, mejora la flexibilidad articular y la amplitud del movimiento, mejora la salud cardiovascular, reduce el riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y diabetes, reduce la presión arterial, entre otros.
Por otro lado, la práctica deportiva también influye directamente sobre la salud mental y emocional. Libera las hormonas de la felicidad, alivia y reduce el estrés, mejora las relaciones sociales, aumenta la autoestima, alivia la ansiedad, mejora nuestra conducta, ralentiza y previene el deterioro cognitivo.
Deporte y psicología
Los procesos de investigación en psicología del deporte han tomado en cuenta el contexto en el que se desarrolla una persona y las condiciones que lo llevan a responder a los desafíos que se les presenta. La función de la psicología del deporte consiste en la descripción, explicación y en el pronóstico de las acciones deportivas.
Para mejorar una marca en atletismo, por ejemplo, no solo es necesario el entrenamiento físico. La parte psicológica del deportista cumple un rol importante, ya que somos cuerpo y mente. Nuestro cerebro reacciona ante la competición o el fracaso. Cuando practicamos algún deporte desarrollamos nuestra capacidad de concentración, confianza, control emocional, compromiso, motivación para afrontar nuevos retos y aprendizaje ante la frustración, sostiene Manuel Perez, especialista en Neurociencia y deporte en Fitnesspiratas.
Para Nitsch (1989), “la psicología del deporte analiza las bases y los efectos psíquicos de las acciones deportivas, considerando por un lado un análisis de procesos psíquicos básicos (cognición, motivación, emocionales) y, por otro lado, la realización de tareas prácticas de diagnóstico y de intervención”.
Inteligencia emocional en el deporte
En la psicología del deporte se utilizan diversas técnicas para mejorar el autocontrol, una de las facetas humanas que potencian el control o dominio sobre uno mismo. El deportista debe comprender que el autocontrol es una necesidad vital para conseguir ser más feliz. Esto no solo influye en el rendimiento y en los resultados que pretende lograr, sino que la vida diaria.
Gestión óptima del estrés
Es uno de los entrenamientos continuos que realiza el entrenador-psicólogo con el deportista, ya que permitirá una estabilidad en su desarrollo profesional y la forma en que afronte positivamente sus situaciones de estrés.
Para esto, es necesario conocer qué situaciones generan estrés al deportista, con el objetivo de afrontar cada momento con una actitud idónea. identificar y gestionar los estímulos estresantes es importante para diferenciar los niveles de activación, en función de las situaciones y estresores.
De esta manera, se evitarán los problemas que están asociados al sufrimiento de estrés. También se trabajarán en algunos de los trastornos psicológicos que pueden aparecer como consecuencia. Por ejemplo, irritabilidad, ansiedad, depresión, dolores de cabeza e insomnio son algunos de los efectos más citados por los especialistas.