Cuando una persona decide comenzar a consultar a un psicólogo, los motivos pueden ser muy variados. Angustias, miedos, ansiedades, temores, conflictos amorosos, problemas para relacionarse con el entorno, son algunas de las causas más comunes por las que alguien decide ir a un psicólogo.
Si uno es alguien que ya ha trabajado con su mente en otro momento de la vida, seguramente tenga una pista para elegir correctamente el camino a seguir para solucionar el problema que quiere afrontar. Pero si es la primera vez, uno puede sorprenderse de la amplia gama de tipos de terapias existentes. Cada una de ellas puede encajar mejor con cada momento y cada persona, por lo que es mejor conocerlas antes de decidirse y consultar a un psicólogo que nos asegure trabajar de esa manera.
¿Cómo elegir la mejor terapia para mi?
La primera realidad que hay que tener en cuenta es que en la psicología no existe una verdad absoluta. Incluso, lo mejor es no quedarse con una sola opción. Muchas veces, los mejores resultados se obtienen cuando se pueden combinar las distintas alternativas que ofrece la psicología.
Sigmund Freud es conocido como “el padre del psicoanálisis”. Algunas personas se aferran fielmente a todos sus conceptos, mientras que otras descreen rotundamente de su legado. Irse a los extremos no es lo recomendable. En verdad, con el paso del tiempo, aparecieron diferentes técnicas que, si bien pueden estar basadas o tener algún punto de contacto con los preceptos de Freud, toman nuevos conceptos que suman situaciones otras orientadas a los modernos –y complicados- tiempos actuales.
Cada momento particular de la vida se relaciona mejor con un diferente tipo de terapia. Hay pacientes que prefieren indagar en profundidad su problema o falencia, volviendo al origen y al pasado, desde la raíz del conflicto. Hay otros que solamente necesitan solucionar algún problema específico, como por ejemplo algún tipo de fobia, el miedo a volar, o ha hablar en público, etcétera, y por eso prefieren apuntar solamente a esa problemática.
Cuando una persona encara un tratamiento, debe sentirse cómodo con el tratamiento, generar empatía con las técnicas utilizadas con el profesional consultado. Hasta que uno no las conoce bien puede pasar un tiempo, por lo que encontrar el tratamiento adecuado para su problema puede hacerlo probar diferentes técnicas. Aquí te presentamos brevemente las características de cada una de ellas, para que estés un paso adelante en tu búsqueda:
Psicoanálisis
Esta tal vez sea la más conocida por el común de la gente. Sin embargo, erróneamente, muchos dicen: “Voy al psicólogo. Me psicoanalizo”. Y tal vez no sea así. El psicoanálisis buscar develar el inconsciente, a través de la palabra y la asociación libre.
Esta técnica ayuda al paciente a que descubra cuáles son las nuestras marcas inconscientes que tienen que ver con su historia personal que le generan un problema en la actualidad.
El objetivo del psicólogo que utiliza este tipo de tratamientos es lograr que el paciente pueda traer a su conciencia los restos del pasado que han quedado reprimidos en lo profundo de su mente generándole padecimiento. En la mayoría de los casos, el origen del trastorno proviene de la infancia. Poner esos orígenes de los traumas en el presente será fundamental para poder superarlos en el presente.
Cognitivo-conductual
Esta técnica se utiliza es para modificar patrones conductuales de los que a veces no nos damos cuenta. El objetivo de esta terapia es que el paciente logre romper y cambiar sus patrones de conducta habituales y sus comportamientos cotidianos mecanizados.
El profesional deberá ayudar al paciente a identificar el problema que lo aqueja, y que pueda darse cuenta por qué hace eso para que, en el futuro, logre modificar esa conducta que, en la mayoría de los casos, se enmarca en casos de manejo de la ira, la ansiedad social o estrés.
Gestalt
Esta rama de la psicología fue creada por el médico neuropsiquiatra, psicoanalista y director de teatro alemán Fritz Perls. “El todo es más que la suma de las partes”, es la frase que define a este tipo de terapia.
El foco está puesto en el presente y todas las herramientas que van a utilizar profesional y paciente serán para conocer las emociones y los sentimientos ocultos existentes.
El objetivo es sacar lo que llevamos adentro hacia afuera a nivel emocional. Eso es lo más importante. Cuando el paciente lo logra con éxito, puede comprender de manera racional lo que realmente siente.
Esta terapia ayuda especialmente a personas con problemas para expresar sus emociones. También es muy utilizada entre los actores o por quienes trabajan en la rama artística.
Regresiones
Los trabajos de regresiones ayudan a comprender algunas situaciones que con otras terapias no pudieron descubrirse. Esto explica por qué, generalmente, esta nunca es la primera opción para alguien que decide empezar un tratamiento psicológico por primera vez en su vida.
Para trabajar con esta técnica es fundamental lograr una relajación profunda. Una vez que el paciente puede entrar en ese estado, que no es el de pérdida de la conciencia, va observando -con los ojos cerrados como si fuera una película- lo que su alma lo ha podido descubrir.
Terapia sistémica
Esta rama tiene su raíz en los procesos de interacción y las relaciones problemáticas que pudimos haber generado en nuestra vida. No se refiere solamente a cuestiones familiares, sino que se trabaja sobre relaciones amorosas, de trabajo, negocios, etcétera.
El paciente va a hablar con el psicólogo solamente de «su» problema, sino que se desplaza lo individual por lo grupal. Por eso, la terapia sistémica puede individual, de pareja, familiar o de grupo.
Psicoterapia breve o con objetivo limitado:
A través de técnicas cognitivas, conductuales, emocionales y analíticas, el psicólogo intentará ayudar al paciente a modificar su pensamiento ante un problema determinado y le brindará las herramientas necesarias para enfrentarse a ese conflicto de otra manera a la que lo viene haciendo para que logre resolverlo.
La psicoterapia breve tiene un objetivo determinado, y según las características de cada paciente, puede durar alrededor de 24 sesiones.
Psicodrama
Utilizando herramientas de la teoría de la Gestalt y de las técnicas teatrales, el profesional buscará que los pacientes revivan situaciones no resueltas para cambiar el desarrollo y el final de las mismas. Otra opción es embarcarse en este tipo de tratamiento cuando nos cueste expresar nuestros sentimientos más íntimos.