El insomnio es uno de los trastornos del sueño más frecuentes en la población. Muchas personas han tenido algún episodio de insomnio en su vida, sin embargo muy pocos van al profesional adecuado para solucionarlo, corriendo así el riesgo de que se cronifique.
¿Qué es el insomnio?
Cómo hemos especificado es un trastorno del sueño bastante común en la población. La persona que lo sufre siente su sueño como insuficiente, de mala calidad y poco reparador, dejando así malestar y cansancio durante todo el día.
Las quejas más comunes de estas personas que sufren de insomnio son las dificultades que tienen para dormirse, para mantener el sueño; despertándose varias veces durante la noche, con la sensación al levantarse y durante el día de que no han dormido bien o el tiempo que necesitaban.
Repercusiones del insomnio
- Sentirse cansado permanentemente.
- Trastornos de atención, concentración y memoria.
- Irritabilidad, nerviosismo y humor depresivo.
- Trastornos como la depresión y otros muchos relacionados con la ansiedad son en ocasiones causa y a la vez consecuencia del insomnio. Por lo que resulta importante que un especialista haga un diagnóstico diferencial en beneficio del tratamiento más adecuado.
Tipos de insomnio
Los tipos más frecuentes de insomnio son los ocasionales o de corta duración, los cuales están originados por causas externas al organismo: por causas medioambientales, cambios bruscos de horario (Jet lag), estrés, falta de higiene del sueño, fuertes impactos emocionales, y por el efecto rebote que provocan los hipnóticos (medicamentos que provocan somnolencia y sueño).
Este insomnio resulta más sencillo de tratar si el paciente acude a consulta a tiempo, ya que se trataría mediante hipnóticos al principio; y paulatinamente serian sustituidos por la higiene del sueño recomendada y en seguimiento por un profesional especializado, como podría ser el psicólogo.
El insomnio crónico se debe a causas más complejas que son intrínsecas en el organismo; donde se encuentran los siguientes tipos:
Insomnio psicofisiológico: se caracteriza por una tensión que afecta al sueño; personas que interiorizan mucho los conflictos, que se estresan con facilidad y tienden a ser hipocondriacos (sufrimiento ante el miedo a enfermar). El estado de alerta fisiológica en estas personas resulta excesivo.
Insomnio idiopático: es la incapacidad crónica para dormir adecuadamente, aparece en la infancia y persiste a lo largo de la vida de la persona, se puede deber a una alteración neurológica de los sistemas que regulan el ciclo sueño-vigilia.
Mala percepción del sueño: se trata de un pseudoinsomnio o simulaciones, la persona tiene la percepción de no dormir bien o dormir muy poco, sin embargo, cuando se le realizan las pruebas objetivas en el laboratorio del sueño los resultados son distintos a lo que se informa.
Los insomnios orgánicos e asocian a enfermedades psiquiátricas que tienen que ver con trastornos de la ansiedad y depresión. Un 45% de personas que padece algún trastorno de ansiedad tiene dificultades para dormir bien. El 90% de las personas con depresión informan de que duermen mal. También otros trastornos psiquiátricos están asociados a un deterioro del sueño como son: Trastornos de alimentación, manía y esquizofrenia.
Las preguntas claves que utilizan los profesionales especializados para hacer un correcto diagnóstico sobre qué tipo de problema del sueño están presentes son las siguientes: ¿Se despierta varias veces durante la noche?, ¿le cuesta conciliar el sueño?, ¿tiene un despertar final adelantado? Gracias a estas preguntas se puede saber qué tipo de insomnio padece la persona, para realizar una intervención adecuada con respecto al problema.