Nos encontramos ante un mundo que nos genera un sinfín de emociones, sentimientos y sensaciones. Este tipo de cuestiones nos genera inevitablemente, en muchas ocasiones, la temida ansiedad. aprender a reducir la ansiedad se convierte en un pilar básico para nuestra salud en los tiempos actuales en los que vivimos. Veamos a continuación cómo podemos favorecer la relajación.
La ansiedad es un una respuesta emocional que afecta tanto a la mente como al cuerpo, se manifiesta como una reacción básica del organismo a modo de supervivencia, actúa como alarma para estar alerta ante una situación que implica peligro o es amenazante.
Las preocupaciones forman parte de nuestras vidas y es algo habitual convivir con ellas, la respuesta de ansiedad activa a nuestro organismo para atender de forma activa los retos que se presentan ante nosotros. Esta activación cuando se presenta de forma continua y durante un largo periodo de tiempo, es habitual que se convierta en forma de malestar físico y agotamiento mental. Las consecuencias son tensiones musculares, trastornos del sueño y la alimentación.
¿Cómo reducir la ansiedad?
Aprender a reducir la ansiedad es una herramienta imprescindible en nuestro modo de vida. Los ejercicios de relajación nos ayudan a liberar la mente, eliminar las tensiones y las cargas musculares, mejoran la calidad del sueño, y en consecuencia obtener un mayor bienestar diario.
Existen muchas técnicas, que además son bastante sencillas, y dedicándoles un poco de tiempo se obtienen resultados sorprendentes en la calidad de vida. En todas ellas la respiración juega un papel fundamental, es importante por lo tanto aprender a respirar bien.
- Una buena respiración se consigue inspirando por la nariz en vez de por la boca.
- Respira suave de manera profunda inhalando el aire que entra por tu nariz y expulsándolo a través de la boca como un torbellino de aire caliente, atiende a las sensaciones, como el frescor al inspirar y el calentamiento del aire que se produce al espirarlo.
- Nota como el abdomen se ensancha al inspirar el aire y como se estrecha al expulsarlo por la boca
Repite este proceso varias veces al día, dedícate un tiempo para poder hacerlo en calma, no solo aprenderás a respirar mejor sino que aprenderás a calmarte y a manejar adecuadamente la ansiedad.
Ahora que ya has aprendido como se respira vamos a enseñarte una de las principales técnicas de relajación para ponerla en práctica:
La respiración diafragmática
Requiere de un lugar cómodo y tranquilo, necesitarás entrenar esta técnica para llegar a realizarla satisfactoriamente, ya que es importante ejercitar la concentración.
- Adopta una posición cómoda, que te permita relajar los músculos, liberándote de las tensiones.
- Pon una mano en el pecho y otra sobre abdomen.
- Inspira lentamente y ve notando como llevas el aire a la mano que tienes situada en el abdomen, mientras la otra mano se queda quieta en el sitio.
- Al llevar todo el aire que inspiras al abdomen, antes de espirar retenlo durante unos segundos.
- Suelta todo el aire lentamente por la boca, de tal forma que la mano del vientre irá descendiendo mientras que la del pecho sigue igual, inmóvil.
Es importante repetirlo varias veces. Aprenderás como al inspirar el vientre se hincha, mientras que al espirar el vientre se desinfla, y el pecho no interviene en ningún momento en la respiración.
En todo este proceso te darás cuenta como la respiración diafragmática te ayuda a respirar bien, generándote una sensación de alivio y relajación. Llevando a la práctica esta técnica de forma diaria notarás los resultados.
Dedica tiempo a tu respiración, dedica tiempo para ti. La salud es tu arma más preciada.