En una sociedad donde el mundo laboral tiende a la presión, la vida familiar puede llegar a ser caótica, el desempleo, los problemas en pareja y muchas cosas más, pueden desencadenar la aparición de los trastornos de ansiedad.
¿Alguna vez has visto a una persona que parece estar en un constante estado de angustia? Muchas personas tienden a creer que se trata de simple estrés o algo pasajero, pero lo cierto es que las personas que padecen de trastornos de ansiedad experimentan un estado de desesperación recurrente del que no es fácil salir.
¿Cómo saber si padeces de trastorno de ansiedad?
Si bien puede variar de persona a persona, algunos de los síntomas que experimenta una persona con trastorno de ansiedad, son:
- Preocupación persistente por asuntos determinados y que suelen ser desproporcionados.
- Pensar planes excesivamente, especialmente los peores escenarios, así como sus posibles soluciones.
- Estar en una posición de defensa constantemente cuando perciben situaciones como amenazantes.
- Miedo constante a tomar decisiones equivocadas.
- Incertidumbre exasperante ante el futuro.
- Incapacidad para despreocuparse.
- Sensación de nerviosismo.
- Dificultad para relajarse.
- Dificultad para concentrarse.
Algunos de los síntomas físicos que se pueden experimentar, son:
- Dificultad para dormir o dormir en exceso.
- Fatiga
- Temblores o agitación
- Tensión muscular
- Nerviosismo o sobresaltos.
- Sudoración
- Nauseas
- Diarrea
- Síndrome del colon irritable
- Irritabilidad
Algunas de las señales de alarma en adolescentes a tomar en cuenta, son:
- Ansiedad constante por tratar de integrarse o encajar en un grupo.
- Tendencia al perfeccionismo.
- Repetir tareas o actividades que no salieron perfectas la primera vez.
- Pasar demasiado tiempo realizando alguna actividad.
- Falta de confianza.
- Esfuerzo constante por obtener aprobación.
- Dolor de estómago o síntomas físico sin causa aparente.
- Las ganas de ir a colegio disminuyen.
- Evitar eventos sociales.
¿Es lo mismo estrés que ansiedad?
La ansiedad se produce cuando anticipamos una amenaza, cuando creemos que algo puede suceder y tratamos de prepararnos para hacerle frente, pero además, eso que puede suceder suele ser negativo. Por su parte, el estrés puede aparecer cuando creemos que no somos capaces de afrontar alguna situación, que vienen relacionadas con una demanda externa. Veamos algunos ejemplos:
Sufrir de nerviosismo durante semanas antes de un examen. Pensar en si vas a aprobar o no el examen. Que podría pasar si repruebas y esas consecuencias negativas que se derivarían de reprobarlo. En este caso, la persona está experimentando ansiedad.
Si durante un día tienes que realizar diferentes actividades y rendir al máximo en cada uno de ellas y superar las expectativas de las personas que esperas que cumplas con las actividades, como una entrega de informe en el trabajo y asistir a un evento del colegio de tu hijo, el mismo día, podría generarte un cuadro de estrés., ya que tu organismo se siente presionada por cumplir con esos estándares.
¿Cuándo acudir al médico?
Sentir un poco de preocupación es normal. Sin embargo, es aconsejable que acudas con un especialista en el manejo de la ansiedad, en los siguientes casos:
- Tu preocupación es excesiva, al extremo de interferir con tus actividades laborales, tus relaciones personales y aspectos de tu vida que antes solían estar bien.
- Te sientes deprimido constantemente o irritable.
- Sientes que estás teniendo problemas con el consumo de alcohol o drogas.
- Si tienes conductas o pensamientos suicidas.
Ante cualquiera de esta situaciones, debes acudir con un especialista de inmediato.
¿A dónde debo acudir si sufro de ansiedad?
Si sufres de ansiedad, experimentas algunos de los síntomas que hemos mencionado o quieres ver si podrías estar comenzando a sufrir de ansiedad, es necesario que asistas con un especialista.
Consulta a un psicólogo experto en ansiedad en Madrid
¿Existen factores de riesgo?
Como en todo cuando clínico, existen factores de riesgo. Las mujeres son diagnosticadas con trastorno de ansiedad generalizada más frecuentemente que los hombres. Algunos de los factores que podrían aumentar el riesgo de que una persona padezca de trastorno de ansiedad generalizada, son:
- Genética: el trastorno de ansiedad generalizada puede ser hereditario.
- Experiencias: tener antecedentes significativos en cuanto a los cambios de vida de la persona, experiencias negativas o traumáticas durante la infancia o algún suceso traumático reciente. Las enfermedades crónicas así como otros trastornos de salud mental podría aumentar el riesgo.
- Personalidad: las personas excesivamente tímidas o con temperamentos negativos podrían experimentar más fácilmente un trastorno de ansiedad generalizada.
En cuanto a las complicaciones que puede generar el trastorno de ansiedad generalizada, citamos:
- Incapacidad para realizar algunas tareas o actividades de manera rápida y eficiente, debido a la falta de concentración.
- Distracción constante.
- Reducción de la energía
- Aumenta el riesgo de sufrir de depresión.
- Aumento de los dolores de cabeza o migrañas.
- Insomnio
- Exceso de sueño
- Problemas cardiacos
- Enfermedades crónicas
- Problemas digestivos o intestinales.
Prevención
Estas medidas podrían disminuir los efectos de los síntomas
- Acude con un especialista de inmediato: como ocurre con otros trastornos mentales, la ansiedad puede ser más difícil de tratar si no buscas ayuda.
- Establece prioridades: saber administrar tu tiempo y tu energía podrían ayudar a disminuir algunos de los síntomas y fortalece la concentración.
- Evitar el consumo de alcohol y drogas e incluso el consumo de cafeína.