¿Qué tipo de estrés te causa más problemas?

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El estrés es una reacción fisiológica común en nuestras vidas, aparece ante acontecimientos que se perciben como amenazantes, también en situaciones novedosas que requieren de un incremento atencional. Por lo tanto las situaciones que nos generan estrés no tienen por qué ser necesariamente negativas.

Existen diferentes tipos de estrés que cuentan con sus propias características, síntomas, duración y forma de darle solución. A continuación explicamos cada uno de los tipos de estrés tal y como nos han indicado con su experiencia profesional los psicólogos de Fuengirola en su centro de psicología.

Estrés agudo

El estrés agudo es el que más se repite en nuestras vidas, por lo general nuestros acontecimientos cotidianos facilitan la aparición de este tipo de estrés. Aparece ante las exigencias del entorno, que pueden ser del pasado reciente, como: haber suspendido un examen, una discusión con la pareja o un accidente de tráfico, etc.

Y pueden ser sobre la anticipación del futuro, acerca de algo que está por darse como: hacer el examen para unas oposiciones, una exposición importante, el nacimiento de un hijo, cambio de trabajo o de traslado de vivienda, etc.

Los síntomas que presenta este tipo de estrés son:

Problemas musculares debidos a la tensión acumulada, presentando dolores de cabeza, de espalda y mandíbula.

Un desajuste emocional que se manifiesta en irritabilidad, ansiedad y depresión.

Problemas de estómago relacionados con estreñimiento, gases o acidez.

Elevada presión sanguínea que se manifiesta en mareos, migrañas, palpitaciones, sudoración excesiva, dificultades para respirar y dolores en el pecho.

Este tipo de estrés se puede presentar en cualquier persona, y es el más fácil de poder tratar, aunque también es en el que se solicita menos ayuda.

Estrés agudo episódico

Este tipo de estrés se presenta en personas que tienen una gran autoexigencia, están siempre ocupadas, con prisas y responsabilidades, cualquier momento del día lo ocupan con alguna tarea, y tienen una continua presión. El trabajo y las relaciones sociales se vuelven estresantes, esto supone una carga mental y un agotamiento que se va acumulando, apareciendo irritabilidad y hostilidad con frecuencia.

Este tipo de personalidad y estilo de vida está asociado con el riesgo de padecer enfermedades coronarias, ya que son personas más propensas que otras con diferentes patrones de personalidad. Esta forma de estar en la vida genera estrés agudo episódico.

Los síntomas más comunes en este tipo de estrés son aquellos que se relacionan con las enfermedades cardíacas, hipertensión y una agitación prolongada. La intervención de un profesional en estos casos se vuelve imprescindible, ya que este modo de vida es peligroso si no se modifica a tiempo.

Estrés reflejado por Munch

Estrés crónico

El estrés crónico es el que permanece a lo largo de la vida de una persona, desgastándola y destruyéndola lentamente. Las consecuencias se pueden ver a largo plazo. Lo padecen personas que han vivido una guerra, que han convivido con familias muy conflictivas; también personas con trabajos que no les satisfacen, o personas que conviven con parejas con la que están siempre en conflicto.

Son situaciones en las que la persona ya no puede darse cuenta del estrés porque le resulta algo natural vivir así, acomodándose y habituándose, sin crear ningún tipo de recurso para afrontar las circunstancias estresantes. De forma que caen en la indefensión.

Las personas que con estrés crónico no tienen ningún tipo de esperanza, ni pretenden hallar soluciones a lo que les está generando un profundo malestar; la recuperación se basa en la autoindagación personal; manejo del estrés y de la conducta con ayuda de un profesional especializado. Muchos de los conflictos no resueltos se encuentran presentes desde la niñez mediante experiencias traumáticas que han dejado un dolor y sufrimiento permanente.

Estas personas tienen un alto riesgo de suicidio; se presentan ataques al corazón y tienen una gran predisposición a padecer cáncer.

Identificar el tipo de estrés que padecemos es una tarea importante, para hacernos una idea de su repercusión y las manifestaciones que conlleva, reconociendo la importancia que tiene ir al psicólogo para mejorar y aliviar los síntomas del tipo de estrés en el que nos encontramos.

Combatir el estrés cotidiano

Aprender a relajarse es fundamental para combatir el estrés. Para cada persona hay situaciones, estrategias y lugares que resultan relajantes, y por lo tanto sanadores. La respiración, la concentración y la plena atención a nuestro cuerpo son técnicas útiles que nos ayudan a disminuir el estrés.

Viajar para relajarse

En el ritmo de vida que llevamos muchas veces, es necesario desconectar la mente y apartarse durante un tiempo de las situaciones diarias que provocan nuestra agitación.

Un viaje de relax, donde encontrar la calma puede ser un recurso reparador, una estrategia que nos permite equilibrar nuestro cuerpo y recobrar nuestra salud. Viajando a alguno de los destinos de bienestar y salud; un lugar que permita un descanso real, alejados de la rutina diaria, donde nos dediquemos todo nuestro tiempo para nuestra salud; para hacer ejercicio, relajarse en un balneario, pasear entre la naturaleza. Aprendiendo a darnos un espacio para vivir una vida menos agetreada y así reestablecer nuestra energía vital.

Bibliografía consultada:

American Psychological Association. (2011). Adapted from The Stress Solution by Lyle H. Miller (Doctoral dissertation, Ph. D., and Alma Dell Smith, Ph. D. 2011 http://www. apa. org/helpcenter/stresskinds. aspx Erişim tarihi: 07.02).

Ingeniero informático, actualmente CEO y propietario de las empresas psiqueviva.com. Amo escribir y leer artículos interesantes e intento proporcionárselos a los usuarios de esta plataforma.