Las funciones del asco

La emoción de asco tiene como función esencial tratar de proteger al organismo de la ingestión de alimentos en malas condiciones; proteger de la ingestión de cualquier forma de alimento que pueda resultar desagradable, no placentera y perjudicial para la integridad de ese individuo.

Sin embargo, esta función concreta y localizada como la emoción de asco se ha visto considerablemente ampliada por el ser humano, ya que son muchos los estímulos desencadenantes o elicitadores capaces de provocar la manifestación e incuso la experiencia de dicha emoción. Esta expansión y ampliación de los elicitadores de la emoción de asco en la evolución cultural es un ejemplo de lo que podría ser denominado preadaptación evolucionista, pues se fundamenta en la utilización de un sistema ya existente que, por exigencias de la propia evolución, es modificado para activarse ante la presencia de estímulos nuevos, es decir, estímulos para los que no estaba reparado. Como señala Rozin (1999) en algunos trabajos, inicialmente la emoción de asco aparecía cuando en la ingestión de alimentos o líquidos se producía un sabor desagradable que forzaba al individuo al rechazo. Con el paso del tiempo, y con la influencia de las distintas culturas, la misma respuesta de rechazo, con todas sus características y peculiaridades expresivas, resultó asociada a otro tipo de estímulos referidos a la valoración cognitiva, a la percepción visual, etc. Por esa razón, si bien la emoción de asco parece un patrimonio compartido por la genética de prácticamente todas las especies, sólo en el ser humano dicha emoción adquiere las connotaciones de emoción amplia, susceptible de ser desencadenada por la presencia de estímulos cuya asociación con la respuesta emocional de asco se ha producido como consecuencia de las influencias sociales y culturales. Así, el núcleo de la emoción de asco se localiza en variables como los animales, la comida y las excreciones corporales. Estas variables tienen capacidad para provocar de forma instantánea la emoción de asco. No obstante, también hay otras variables con capacidad potencial para provocar dicha emoción, Como indican algunos autores (Rozin, 1993), habrá que incluir cuatro tipos de elicitadores de la emoción de asco: mala higiene corporal, la realización de la conducta sexual con un compañero inapropiado (aunque con influencias culturales, los compañeros inapropiados más citados son los animales y los hermanos), la amputación de un miembro corporal y el contacto con individuos muertos. La función social y cultural de la emoción de asco se encontraría enraizada en el rechazo de todo aquello que supone una amenaza a los valores y las pautas morales. El recordatorio de estos desencadenantes de la emoción de asco nos permite enfatizar cómo se ha ido abriendo el abanico de las potenciales funciones de una emoción tan estrictamente biológica en el plano de las relaciones personales, en el plano de la adaptación social y en el plano del asentamiento de las pautas culturales que están vigentes en un grupo en un momento dado.

En este último sentido, el asco, al menos en el ser humano, podría ser considerado como una emoción derivada de la propia civilización. Es decir, como una emoción relacionada con la protección y la preservación de la sensibilidad cultural (Miller, 1997), que varía con las propias especificaciones de la cultura en la que se inserta el grupo humano. Por esa razón, es admisible la consideración de la predisposición biológica para la aparición de la emoción de asco cuando consideramos los elicitadores específicamente innatos que provocan dicha emoción. Pero, en el caso de la ampliación del abanico de elicitadores de asco, cosa que ocurre exclusivamente en el ser humano, también es admisible encontrar que se produzca una diferenciación específica en el tipo de elicitadores como consecuencia de las distintas y específicas diferencias culturales en las que se manifestará dicha emoción.

¿Qué sensaciones produce el asco?

El asco es una emoción que puede provocar diversas sensaciones y respuestas en el cuerpo y la mente de una persona. Estas sensaciones pueden variar de una persona a otra, pero generalmente incluyen:

  1. Sensación Física de Repulsión: El asco a menudo se manifiesta como una sensación física de repulsión o malestar en el estómago. Puede sentirse como una especie de náusea o sensación de «revuelo» en el estómago.
  2. Sensibilidad al Sabor y al Olor: Cuando se experimenta asco, es posible que los sabores u olores desencadenantes resulten particularmente desagradables o intolerables.
  3. Molestias Físicas: El asco puede ir acompañado de molestias físicas, como escalofríos, temblores o incluso sensaciones de picazón en la piel.
  4. Deseo de Evitar o Alejarse: La emoción de asco a menudo lleva a la persona a querer evitar o alejarse de la fuente de la sensación desagradable. Esto puede implicar retirarse físicamente o tratar de evitar el estímulo que causa el asco.
  5. Malestar Psicológico: El asco también puede llevar a sentir malestar psicológico, como una sensación de disgusto profundo, incomodidad o aversión.
  6. Cambios en la Expresión Facial: La expresión facial de asco suele incluir arrugas nasales, labio superior levantado y una expresión facial general que indica disgusto.

El asco es una emoción que evolucionó como una respuesta protectora hacia sustancias potencialmente dañinas o contaminantes. Puede ayudar a mantener a las personas alejadas de cosas que podrían ser perjudiciales para su salud. Sin embargo, la experiencia y la intensidad del asco pueden variar de persona a persona y también pueden estar influenciadas por factores culturales y contextuales.

¿Cuáles son los tipos de asco?

Paul Rozin, un psicólogo que ha estudiado en profundidad el asco, ha identificado varios tipos de asco en función de las categorías de estímulos que pueden provocar esta emoción. Estos tipos de asco incluyen:

  1. Asco Alimentario: Este es uno de los tipos más comunes de asco y se relaciona con alimentos que se perciben como desagradables o contaminados. Puede estar relacionado con la textura, el olor, la apariencia o la idea de que el alimento está en mal estado.
  2. Asco Corporal: Este tipo de asco está asociado con la idea de la suciedad corporal, secreciones o funciones corporales consideradas tabú o repulsivas, como el vómito, las heces o la orina.
  3. Asco Sexual: Este tipo de asco surge en relación con la sexualidad y puede estar vinculado a actividades sexuales consideradas inapropiadas, inmorales o socialmente inaceptables.
  4. Asco Moral: El asco moral se relaciona con acciones, comportamientos o situaciones que son percibidos como moralmente incorrectos o repugnantes desde un punto de vista ético o cultural.
  5. Asco Social: Se refiere a la aversión hacia ciertos grupos sociales, personas o comportamientos que se consideran diferentes, extraños o amenazantes.
  6. Asco a la Enfermedad: Este tipo de asco está relacionado con la aversión a las enfermedades, la degeneración física o la debilidad.
  7. Asco al Contagio: Se relaciona con el miedo a la contaminación o el contagio de enfermedades a través del contacto con sustancias o personas que se perciben como sucias o contaminadas.
  8. Asco Estético: Este tipo de asco está vinculado con reacciones negativas hacia ciertas formas de arte, estilos de moda o apariencias que se consideran desagradables o fuera de lo común.

Es importante destacar que estos tipos de asco no son mutuamente excluyentes y pueden superponerse en algunas situaciones. Las respuestas de asco pueden variar según la cultura, las experiencias personales y otros factores individuales. Además, estas categorías pueden ayudar a comprender cómo el asco funciona en diferentes contextos, pero no son una lista exhaustiva de todas las posibles categorías de estímulos que pueden provocar asco.

Fuente:

Capri, A., Guerrero, C. y Palmero, F. (2008). Emociones básicas. En F. Palmero y F. Martínez-Sánchez (Eds.), Motivación y Emoción (pp. 233-274). Madrid: McGraw-Hill.

Ingeniero informático, actualmente CEO y propietario de las empresas psiqueviva.com. Amo escribir y leer artículos interesantes e intento proporcionárselos a los usuarios de esta plataforma.

1 Comment

  1. SERÍA UN PROBLEMA PSICOLÓGICO LA DIFICULTAD PARA SENTIR ASCO? NO SOLO ANTE ESTÍMULOS BIOLÓGICOS.ANTE SITUACIONES DE INFIDELIDAD HE SBIDO DE MUJERES QUE SINTEN ASCO Y ESO LAS MOTIVA A TERMINAR CON SU PAREJA. a MI ME HUBIERA AHORRADO MUCHO SUFRIMIENTO SENTIR ASCO ANTE LA 1ra INFIDELIDAD

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