La aventura de amar

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Sabemos que las personas ya de por sí individualmente somos complejas, si además nos sumergimos en una interacción íntima con otra persona este efecto se multiplica. Para mantener este tipo de relaciones, como la de amar,  y que  puedan resultar satisfactorias; hay que estar dispuestos a modificar conductas y esquemas mentales que suponen un sacrificio y que además sea voluntario.

Sacrificios para amar

La relación en la que nos vemos implicados ha de estar llena de recompensas que tienen especial valor y sentido cuando son conjuntas. De la interacción de la pareja emergen propiedades únicas que no podrían darse en nuestras vidas de otra manera, y con cada una de las parejas con las que mantengamos estas relaciones será diferente, estas experiencias formarán parte de un continuo, en el que valoraremos, cuidaremos y apreciaremos la relación en base a lo vivido. Ya entendiendo y habiendo comprendido cuales son los ingredientes que hacen funcionar una relación que irá dando sus frutos a la larga; que irán proporcionando satisfacciones que van más allá de lo plenamente individual.

Vínculos afectivos y el amor

Tanto las relaciones con una pareja sentimental, como las que mantenemos con nuestros familiares y amigos, estas son las interacciones íntimas que más nos interesa cuidar, las de nuestros seres queridos. Puesto que son las que perdurarán y nos servirán de apoyo ante cualquier circunstancia, tanto para disfrutar con las etapas de felicidad, en las que la alegría cobra sentido si es compartida, obteniendo un mayor impulso y siendo más enriquecedora; como en las etapas difíciles y de malestar donde encontramos en nuestros seres queridos un alivio, en base al apoyo incondicional demostrado. Cuando se ha construido una red importante de personas que se preocupan de nuestro bienestar, resulta más sencillo disfrutar, y salir de cualquier bache.

El afecto para amar

En las relaciones sentimentales de pareja esto no resulta nada sencillo, implica unos costes emocionales y conductuales, que modifican muchos aspectos individuales, en beneficio de una satisfacción conjunta. La recompensa que acarrea seguir las estrategias adecuadas para mantener una relación que perdure a lo largo del tiempo, es una recompensa propia de la interacción de dos individuos que conectan entre sí, experimentando situaciones, sensaciones, que dan un mayor sentido a nuestras vidas, como son el amor, y los vínculos íntimos de afecto, que dejarán una huella emocional instalada en nuestro repertorio de experiencias más influyentes.

Beneficios de amar

A través de estos vínculos emergerán unos beneficios únicos, que no son comparables con otras satisfacciones más banales, efímeras, que se desvanecen con el tiempo. Para bien o para mal todo vínculo de este grado afectará en nuestras relaciones interpersonales, en la conducta presente y futura, ya sea de manera consciente o inconsciente.

Es por eso que, al fin y al cabo, merece la pena siempre intentar arriesgarse; para llegar a conseguir algo así con una persona que nos resulte atrayente y con la que compartamos valores y principios primordiales. Puesto que los beneficios que puede suponer esta experiencia en nuestras vidas, el simple intento, bien supera con creces el dolor supuesto por desengaños y relaciones frustradas.

“No ser amado es una simple desventura. La verdadera desgracia es no saber amar”
Albert Camus

Ingeniero informático, actualmente CEO y propietario de las empresas psiqueviva.com. Amo escribir y leer artículos interesantes e intento proporcionárselos a los usuarios de esta plataforma.