Dentro de las responsabilidades que tenemos como padres, entre ellas alimentar, vestir, cuidar y afectivizar (darles afecto) a nuestros hijos, debemos proveerlos de educación. Cómo elegir escuela para los hijos es un gran desafíos para los padres.
La educación, desde sus inicios hasta hoy, ha ido incrementando la cantidad de alumnos así como ha ido disminuyendo la franja etaria. En la actualidad, los niños asisten a la escuela desde los 45 días. En algunos casos se debe a la vida laboral de la familia. El clan debe salir a trabajar y sin abuelos, tíos o posibilidad de contratar a una niñera, la escolarización comienza tempranamente. Y esto no es sin angustia, inquietud y temor por parte de los padres.
Sea cual sea la coyuntura familiar, una vez que hemos decido que es hora de elegir la escuela comienzan las dudas sobre qué aspectos reflexionar y entonces elegir.
Qué debemos tener en cuenta
Definitivamente, el primer punto a considerar es la cercanía de la institución escolar a nosotros. Y esto puede ser al trabajo o a la casa. Es primordial porque los niños suelen lastimarse, enfermarse repentinamente o incluso demorar en iniciarse en la escuela, y estar cerca facilitará cualquier contratiempo. Además, en caso de estar amamantando será necesario satisfacer las horas de alimentación y encuentro con el bebé.
El segundo punto a tener en cuenta en la tarea de cómo elegir escuela será que la institución sea conocida por seres queridos o por compañeros de trabajo. Es decir que haya referencias de la institución en cuanto a la continuidad en el tiempo, la reputación de sus directivos y sus docentes e incluso las características edilicias. Respecto a esto último, no es lo mismo un lugar luminoso, con parque y con divisiones seguras que un edificio oscuro, contrahecho y pequeño.
El tercero, tan importante como los demás, es ir a conocer la institución por nosotros mismos. Recorrer las salas y observar el mobiliario, la decoración, la seguridad en todos sus ámbitos, revestimientos de paredes, juegos seguros, la acomodación del espacio en función de los niños y no a la inversa. Asimismo, que haya un ambiente agradable, calmo y sobre todo de respeto a las actividades que se realizan en cada lugar. Además, la entrevista con los directivos donde se presente el proyecto que atraviesa la escuela que devela la filosofía que emplean para con los chicos. En el trato para con los adultos y en la interacción que observemos con los chicos, nos revelará el modo en que conciben la niñez.
Guardería vs. Jardín de Infantes
Cuando hablamos del proyecto que atraviesa la escuela nos referimos al proyecto educativo. Aquel que da a conocer públicamente los lineamientos pedagógicos de la institución. Asimismo, se devela el estilo sobre cómo teorizan y, en función de ello, tratan los niños. Es la presentación de la escuela para con la comunidad y en especial para las familias.
Desde hace unos años a esta parte comenzó el debate sobre por qué jardines sí y guarderías no. Es decir, por qué había que abandonar el término guarderías y sus funciones para dar un giro y pensar lo escolar desde las edades más tempranas. Como todo cambio social, la educación no está excluida de sus vaivenes. Junto con la Declaración de los Derechos de los Niños, las necesidades familiares, la profesionalización de los docentes, se vira la mirada pedagógica hacia los niños en lugar de sólo pensar un espacio de contención e higiene.
Mientras que las guarderías cumplían con las obligaciones de alimentación e higiene, las escuelas infantiles proponen incluir estas funciones, pero agregan la alfabetización desde el inicio de la vida. Se trata de una doble condición. Por un lado, la socialización en tanto seres sociales que vivimos en comunidad, debemos adaptarnos a los otros a la vez que en ese encuentro vamos construyendo nuestra identidad, son reglas, formas y modelos que hacen a la higiene, alimentación y a lo socio-afectivo. Por el otro, la alfabetización entendida como la asimilación y elaboración del cúmulo de conocimientos culturales acorde a la coyuntura del niño. Es decir, la reinvención por parte de cada niño respecto al universo simbólico-lógico-imaginativo.
Reflexiones sobre el giro pedagógico
La alfabetización es tan importante como la socialización. Algunos llaman a esta generación con la letra “T” en referencia a la generación táctil. Nacen en la era digital y su coyuntura incluye la hiper-conectividad, las pantallas táctiles y la inmediatez. Estos rasgos tecnológicos impactan en los vínculos sociales. De allí que es muy importante que los niños crezcan en una institución que pueda amalgamar ambas necesidades: los conocimientos que hemos ido acumulando como cultura y que implican al pensamiento así como forjar los vínculos de respeto, confianza y cariños entre pares y para con los adultos.
Si la institución escolar infantiliza a los niños quitándoles la oportunidad de aprender sobre la tecnología y los usos que de ella se desprenden, si les prohíbe en lugar de acompañar su descubrimiento, si sólo van a ser alimentados e higienizados sin un sostén corporal y de cariño, si el espacio al habitar es pequeño en relación a la cantidad total de niños en la sala evitando de esta manera la posibilidad por parte del docente de asistir a todos y cada uno, entonces esa escuela no es la indicada.
Son varios factores a tener en cuenta en la tarea de cómo elegir escuela, pero al conocerlos se agudiza la observación. Así, la reflexión es más sencilla y permite realizar una elección más tranquila. No será sin angustia e inquietud, pero sabremos que hemos optado por una educación de calidad pedagógica y humana.