Amor de transferencia de paciente a psicoanalista

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El fenómeno de amor de transferencia tiene mucha importancia, por su frecuencia, por ser inevitable, por su interés teórico y por su dificultad de resolución. A muchos profesionales en consulta les ha ocurrido una situación así. Tanto si eres paciente como psicoanalista te interesa saber por qué ocurre esto. En este artículo te explicaremos lo que puedes hacer al respecto si se produce este fenómeno en el contexto de la terapia.

¿Qué es el amor de transferencia y cómo se puede resolver?

Se trata de que el paciente se enamora del analista, donde encontramos tres soluciones: separarse y por tanto abandonar la labor analítica, contraer una unión legitima, o comenzar relaciones sentimentales ilegitimas y pasajeras, siendo ésta ultima imposible dada la profesionalidad del psicoanalista.

En el caso de abandonar la terapia por haberse hecho manifiesto este enamoramiento del paciente al analista, cuando el paciente se ponga en manos de otro profesional volverá a ocurrir, y lo mismo con un tercero, etc. Por lo tanto, para el paciente hay una alternativa; o abandona definitivamente todo tipo de terapia psicoanalítica o acepta inevitablemente un enamoramiento pasajero por el analista que le trate. Respecto al analista esta situación le indica que el enamoramiento del paciente hacia él no es por sus cualidades personales, sino que se debe a la situación psicoanalítica exclusivamente.

Qué debe hacer el psicoanalista ante el amor de transferencia

El enamoramiento que surge en la transferencia no es favorable. El paciente pierde el interés por su propia cura y solo piensa en su amor y en su correspondencia, se declara totalmente curado, no presenta síntomas o no se ocupa de ellos. Es difícil para el analista no caer en el error de dar por terminada una terapia y darse cuenta de la situación.

En primer lugar se debe sospechar que todo lo que se interponga a la cura es una manifestación de la resistencia, y por tanto esta resistencia ha tenido que participar ampliamente en las exigencias amorosas del paciente.

Se dan varios factores en este fenómeno, algunos de los cuales son claras manifestaciones de la resistencia y otros están relacionados con el enamoramiento. Entre los primeros se dan principalmente, el uso de la declaración de amor con el fin de poner a prueba al analista y la provocación intensificando el enamoramiento y exagerando la disposición a la entrega sexual para después justificar la acción de la represión. Entre los segundos se dan por ejemplo, la comprobación del atractivo del paciente, el deseo de quebrantar la autoridad haciéndole pasar de analista a amante, etc.

Seria un error que el analista rechazase el enamoramiento de su paciente, moviéndolo a renunciar a su amor imponiendo la moral, ya que la someteríamos a sublimación, a renunciar a sus instintos y a devolver a represión lo reprimido. Y tampoco es fácil racionalizar lo pasional, el paciente solo vería desprecio. Tampoco está bien decirle que le correspondemos y evitar al mismo tiempo cualquier acercamiento, porque eso seria un engaño y puede tener consecuencias negativas, así como fingir cariño, ya que puede convertirse en una transferencia reciproca.

En las nubes

El psicoanalista debe ser honesto y la cura debe desarrollarse en abstinencia procurando que la necesidad y el deseo no se conviertan en los motivos de cura para el paciente.

Consecuencias del amor de transferencia

En el caso de que el analista le correspondiese su amor para satisfacer su demanda de cariño y así acelerar la cura de la neurosis, el paciente conseguiría lo que todos los pacientes desean, es decir, reproducir en la vida real algo que solo debía recordar, pero esto conlleva también consecuencias muy negativas ya que posteriormente manifestaría todas las inhibiciones y reacciones patológicas de su vida erótica sin posibilidad de corrección. Lo que dejaría al paciente con grandes sentimientos de culpa y habiendo intensificado su tendencia a la represión.

Así pues, la represión es tan negativa como la satisfacción de las pretensiones amorosas del paciente. Lo adecuado es conservar el amor de transferencia pero lo tratamos como irreal, inevitable en el tratamiento y dejamos que nos muestre el camino hacia los orígenes infantiles de su amor para poder conducir ese contenido inconsciente a la conciencia.

¿Por qué ocurre el amor de transferencia?

Hay que añadir que este amor es una repetición de reacciones anteriores, incluso infantiles y se lo demostramos analizando su conducta amorosa. Pero hay que tener en cuenta un argumento en contra de lo mencionado y es que el carácter de todo enamoramiento es así, y que este amor, como el autentico amor también persigue un fin, por lo tanto no podemos negar la autenticidad del amor de transferencia en todos los casos. De todos modos tiene características especiales como por ejemplo, que es provocado por la situación analítica, es mas ciego a la hora de estimar a la persona amada y queda intensificado por la resistencia de la situación.

El fin del analista no es otro que devolverle al paciente su libre facultad de amar para que haga uso, en su fin ultimo, en su vida real. Se trata de enseñar  al paciente a controlar su principio del placer, haciendo una exploración de sus primeros años de desarrollo psíquico, y tratando así de aumentar su conciencia respecto a estos contenidos.

La transferencia como concepto psicoanalítico

Hay dos grandes teóricos en la ciencia que sostiene “la cura por la palabra”, es decir, en la historia del Psicoanálisis. Uno, al que se lo denomina el padre, Freud, y el otro un discípulo, aunque jamás se conocieron, Lacan.

Ambos fueron médicos y luego devinieron psicoanalistas. Uno de origen austríaco, y el otro francés, respectivamente. Mientras Freud desarrollaba su teoría a partir de la práctica, Lacan retoma todo lo escrito por Freud y lo profundiza a partir de la filosofía de Hegel, la lingüística de Saussure y aportes antropológicos de Levi Strauss. 

Lacan toma cada concepto psicoanalítico propuesto por Freud y los pasa por este tamiz, plagado de teorías que se complementan, para ahondar la teoría psicoanalítica y observar los efectos en los pacientes.

Lacan lee a Freud

En 1951, Lacan se dedica a trabajar sobre un concepto, la transferencia, a través del caso Dora, célebre caso que Freud llevó a cabo, el cual detalla en un escrito llamado “Intervención sobre la transferencia”. Así Lacan construye este texto a través de pasos lógicos e intervenciones dialécticas, es decir, a través de la dialéctica que involucra el diálogo entre Freud y Dora que da cuenta de la transferencia. Afirma que este caso es el primero en el cual que Freud da el concepto de transferencia como el obstáculo contra el que ha venido a estrellarse el análisis.

El psicoanálisis es una experiencia dialéctica y esta cuestión debe prevalecer cuando se plantea la cuestión de la naturaleza de la transferencia. Es que antes de toda intervención, la mera presencia del analista aporta la dimensión del diálogo. Asimismo, el psicoanálisis sostiene que hay una verdad subjetiva que se transmite por la palabra pero que está oculta para el sujeto porque es inconsciente, no sabida, por lo tanto, la responsabilidad del analista es que salga a la luz.

Caso Dora

El padre de Dora, a sus 16 años, la lleva a una consulta con Freud porque tiene ataques de tos y afonía, pero estos síntomas desaparecen espontáneamente, por un tiempo.

Regresa a los 18 años, dado que Dora deja una carta como “despidiéndose” que el padre encuentra y supone un intento de suicidio. Por eso, el padre toma la decisión de llevarla. En ese momento, los síntomas son de profunda desazón y cierta alteración de carácter. Ella relata una relación ambivalente para con su padre. Dora disentía y se enfrentaba mucho con él, lo cual contrastaba con el gran apego que la joven había desarrollado para con su padre. En contraposición a su madre, con ella tenía una mala relación.

A su vez, aparecen dos personajes, el Sr. y Sra. “K”, en el relato de Dora, amigos de la familia desde hacía varios años. Éstos cobran protagonismo en su vida, ya que mientras la Sra. K  sería la amante de su padre y el Sr. K habría intentado abusar de Dora.

Freud interpreta

La lectura que hace Freud sobre los dichos de Dora lo lleva a concluir que el interés de la joven es sobre el Sr. K. Desde sus intervenciones, Dora se identifica tanto con el Sr. K como con el mismo Freud, provocando en la joven una transferencia negativa. Es decir, aparecen las resistencias que en lugar de cesar para disolver los conflictos actúan como un escudo. El analista revive sentimientos hostiles complicando el diálogo.

Aunque Freud en un momento resalta que el amor y los celos hacia la Sra. K, en lo más inconsciente en tanto, no hay interés por la Sra. K, sino por la pregunta sobre la femineidad. Luego no lo toma. Lo descarta y sostiene la mirada hacia el Sr. K, provocando que el análisis fracase.

La lucha interna del psicólogo

El psicólogo libra un triple combate en su interior, contra los poderes que intentan hacerle descender del nivel analítico al de las fuerzas instintivas sexuales y le prohíben servirse de ello en su técnica científica, y en el análisis, contra sus pacientes, que al principio se comportan como los adversarios, pero manifiestan luego la hiper-estimación de la vida sexual que los domina, y quieren aprisionar al médico en las redes de su pasión, no refrenada ni mucho menos en la sociedad actual.

Conclusiones

Entonces, ¿qué son las transferencias? Son reediciones, recreaciones de las mociones y fantasías que a medida que el análisis avanza no pueden menos que despertarse y hacerse conscientes, pero lo característico es la sustitución de una persona anterior por la persona del analista. Toda una serie de vivencias psíquicas anteriores no es revivida como algo pasado, sino como un vínculo actual con el analista. Se sustituye una persona del pasado por el analista y ese amor que se liga es genuino, el paciente le dirige algo al analista. Pero, en la transferencia no se juegan solo nociones tiernas sino también hostiles. Por eso es por un lado el máximo escollo para el tratamiento y por otro el auxiliar más poderoso cuando se logra corregirla.

Freud capta que con Dora pasó algo a nivel de la transferencia: no logró dominarla a tiempo, lo que llevó a la ruptura prematura. La interrupción estuvo en relación a que Freud no logró seguir la línea de la relación de Dora con la Sra. K. Esto es lo que toma Lacan para ahondar sobre la transferencia en tanto dispositivo que el analista debe contemplar para acompañar a develar o reprimir la verdad inconsciente  del paciente.

Ingeniero informático, actualmente CEO y propietario de las empresas psiqueviva.com. Amo escribir y leer artículos interesantes e intento proporcionárselos a los usuarios de esta plataforma.