El síndrome premenstrual (SPM) es un conjunto de síntomas que afecta a las mujeres antes del inicio del flujo menstrual, entre cinco y siete días habitualmente. Como mujer seguro que has tenido alguno de los síntomas que describiremos en este post. También te indicaremos remedios para reducir estos síntomas del síndrome premenstrual y para no agravarlos más.
Tanto la intensidad como la duración de estos síntomas dependen de cada mujer, por lo general suele afectar bastante y suele desaparecer entre uno y dos días después del comienzo del ciclo menstrual. Este proceso que experimenta la mujer antes de que le llegue la menstruación puede estar asociado a un cambio en los niveles de hormonas que se producen en el cerebro.
La mayoría de las mujeres suele experimentar el SPM, ya que está asociado a su etapa fértil. Aunque hay un grupo de mujeres a las que les ocurre con una mayor frecuencia el SPM: son mujeres que se encuentran entre los 20 y 40 años de edad, que tienen antecedentes familiares con depresión grave o de depresión postparto, y también a las mujeres que ya han tenido un hijo.
Síntomas del Síndrome premenstrual
Entre los síntomas asociados a lo que es el SPM ,cabe destacar los siguientes que se producen en la mayoría de las mujeres:
- Irritabilidad con bajo estado de ánimo, experimentando un aumento de la tristeza.
- Somnolencia y retención de líquidos.
- Mareos, tensión, ansiedad e indecisión.
- Aumento de la sensibilidad en los senos, migrañas e hinchazón abdominal.
- Estreñimiento, sensación continua de sed y hambre.
- Dolor de cabeza y una mayor sensibilidad con menor tolerancia para el ruido y las luces.
Estos síntomas del SPM como hemos dicho anteriormente, su frecuencia e intensidad dependen de cada mujer. No se producen todos en su conjunto, sino que se experimentan algunos de ellos. Estos síntomas en su aparición también dependen de factores socioculturales y estilo de vida.
Remedios para el síndrome premenstrual
En este libro que te recomendamos leer sobre el síndrome premenstrual podrás conocer esta dolencia en mayor profundidad:
Como mujer, es importante que sepas que existen medidas para reducir las molestias de los síntomas del SPM, y que depende de ti el llevarlas a cabo. Hay una serie de aspectos en tu estilo de vida que puedes modificar para que esta situación mejores. Son los siguientes:
Cuidar la nutrición
Cambiar tus hábitos alimenticios es una medida que puede ayudarte a reducir la retención de líquidos y los problemas asociados a una mayor sensibilidad en los senos. Hay que evitar para esto alimentos que resulten pesados y cualquier tipo de dulce con un gran contenido en azúcar. En este periodo sería recomendable sustituirlos por yogures naturales, pan con mermelada y zumos naturales de frutas.
Evitar los carbohidratos como: carnes grasas, alimentos salados o patatas fritas te ayudará a disminuir la retención de líquidos. Para eliminar el exceso de líquidos en el organismo lo aconsejable es ingerir frutas como las fresas la piña y el melón, consumir pepinos y perejil y aumentar la cantidad de agua que bebes a diario. Importante evitar bebidas como el café y el té. Y lamentablemente, para estos días tendrás que disminuir el consumo de chocolate, sobre todo si sufres de migrañas, ya que el chocolate las agrava y las desencadena.
Conviene reducir el consumo de alcohol, ya que es un depresor del sistema nervioso, y agrava los síntomas de la irritabilidad y del bajo estado de ánimo. También influye en la somnolencia y en un mayor decaimiento.
Hacer ejercicio y relajación
Bajo cualquier situación es importante hacer ejercicio y tener hábitos de relajación, pero en este periodo si cabe es más importante aún. El ejercicio es una buena medida para reducir muchos de los síntomas asociados al SPM. Puesto que el ejercicio propicia un estado de bienestar y una sensación de vitalidad que ayuda a controlar y disminuir los estados de depresión e irritabilidad.
No es necesario hacer mucho ejercicio, simplemente elegir el que mejor se adapte a tu estilo de vida y mantener unas rutinas que te ayuden a ejercitarte con motivación, sin necesidad de tener que sufrir haciendo deporte. Elige el ejercicio más adecuado para ti y mantén el hábito de realizarlo al menos tres días a la semana.
Reservar un espacio para ti y para la relajación es un hábito que no solo reduce los síntomas del SPM, sino que además, te ayudará a controlar el ritmo con el que llevas tu vida, y a tener la sensación de control para reducir la ansiedad, el decaimiento y la irritabilidad.
Conociéndonos
Como lo anticipamos, cada mujer vive su cuerpo a su manera. Por lo tanto, no todos los cuerpos responden a los mismos síntomas, a los mismos remedios, ni siquiera a los mismos ciclos. Es por ello que es necesario conocernos para poder sortear de la mejor la manera esta etapa.
Asimismo, cada mes podrá variar, ya que no solo hay un cambio químico, sino hay otras variables que influyen en el período premenstrual. Variables tales como pocas horas de sueño, problemas laborales, económicos, familiares o de pareja. En definitiva, podríamos aunarlos bajo el común denominador: estrés.
Sea cual sea la coyuntura, si nos conocemos, si sabemos reconocer nuestros síntomas y de qué manera apaciguarlos, viviremos cada ciclo de una manera particular pero ajustada a nosotras. No se trata de imitar a otras, sino de buscar nuestro camino hacia el autoconocimiento. Para ello, cuanta mayor información tengamos sobre qué ocurre durante el ciclo, mayores posibilidades tendremos de hallar soluciones para sortear cada etapa.
Durante el período premenstrual se concatenan diferentes cambios químicos que repercuten en todo el organismo implicando consecuencias psíquicas. Debemos aprender mes a mes, año a año cómo somos y qué necesitamos para vivir plenamente, aunque a veces eso implique quedarnos tranquilas hasta que los síntomas se apacigüen.
¿Qué sucede químicamente durante el período premenstrual?
Tal como lo dice el prefijo “pre”, refiere a lo previo, a lo anterior. En este caso es lo previo a la menstruación, también conocida como “regla”. Se trata de un proceso complejo que involucra diferentes hormonas y que depende qué haya sucedido durante la ovulación. Puede tratarse de dos resultados alternativos: preparar el útero para un embarazo engrosando el endometrio o la desintegración de este último para dar lugar a la menstruación.
Suponiendo que no se trata del primer resultado, es decir que el óvulo no ha sido fecundado, entonces el recubrimiento de las paredes internas del útero secretan sustancias químicas que ayudan a desintegrar y por ende deprender, dichas paredes. Es el endometrio el encargado de producir y liberar mensajes químicos para que luego se produzca la menstruación. Hay algunos mensajeros químicos llamados prostaglandinas, los cuales repercuten en los conocidos espasmos. Son estos mensajeros quienes llevan tal mensaje en función de comenzar a desintegrar. La menstruación se desencadena gracias a los espasmos.
Las hormonas que poseen un papel protagónico durante esta etapa son la progesterona y los estrógenos. Ambas aumentan sus niveles en pos de un posible embarazo. Este aumento genera sensaciones como dolor en los pechos e hinchazón repercutiendo en el estado de ánimo. Cuando no ha habido fertilización, los niveles de ambas comienzan a disminuir facilitando que el revestimiento sea eliminado.
Contabilizando los días
En líneas generales, el ciclo menstrual completo dura entre veintiocho y treinta y cinco días. Suponiendo uno de veintiocho días, podríamos clasificar las etapas en días. El día uno es cuando comienza la menstruación y, durante los siguientes cinco a seis días, continuará. Al finalizar, comienza la ovulación siendo el día número catorce (desde que comenzó la menstruación) el más fértil dado que aquí sería cuando el óvulo cae. No obstante, los siguientes siete días siguen perteneciendo a la ovulación, por ende podemos quedar embarazadas. Finalmente, llegamos a los últimos siete días previos a la nueva menstruación, aquí es cuando todos los síntomas pre menstruales pueden presentarse.
Entonces, si el ciclo dura veintiocho días, los primeros siete días corresponden a la menstruación, los siguientes catorce a la ovulación de forma ascendente siendo el día catorce el más fértil y luego decrece y los últimos siete días son el escenario correspondiente al período premenstrual.
De la cantidad a la calidad
A medida que crecemos, nuestro metabolismo cambia y la articulación de los cambios en los niveles de las hormonas con la coyuntura provocan un nuevo período. Pero conociendo las etapas y la cantidad de días que, aproximadamente, constituye cada ciclo, sólo resta anticiparnos a ella y actuar en función. Es decir, podemos adelantarnos a lo que nos podría suceder para que las etapas no nos sorprendan y podamos continuar con nuestra rutina en un estado de bienestar. Mientras más nos conozcamos, más sabremos qué necesitamos. No podremos obviar los espasmos, los cambios de humor, la sensibilidad corporal o la caída del cabello, pero definitivamente podremos sortear las vicisitudes.
Se trata de ahondar en nuestras sensaciones y sus requerimientos no para anularlos, sino acompañarlos. Aunque queramos anestesiarnos, los síntomas aparecerán por diferentes grietas para hacernos saber que estamos transitando tal pasaje del ciclo. Por lo tanto, será necesario probar qué podremos hacer para transitarlos mejor. A veces se tratará de buscar la tranquilidad. Otras será dormir y otras tantas serán ensayo y error hasta dar en el clavo. No importa cuál sea la solución que encuentres, no importa que sólo te funcione a ti, es otra manera de sabernos únicas e irrepetibles