Aunque la mayoría de nosotros no tenemos consciencia de ello, lo que pensamos, lo que sentimos y el cómo experimentamos las emociones, son factores que tienen una gran influencia en dolores físicos como el dolor de espalda. El dolor físico está estrechamente conectado con los conflictos emocionales. A continuación veremos en qué consiste esta conexión y cómo es posible darle solución.
Según la Organización Mundial de la salud (OMS) y la Sociedad Española de Reumatología (SER), hasta el 80% de la población ha sufrido alguna vez dolor de espalda. Como sabemos esto es algo muy común, hay quienes frecuentemente tenemos dolores de espalda. E incluso hay personas que sufren de estos dolores de forma crónica. Muchas veces no se sabe muy bien por qué, ni los propios médicos y fisioterapeutas encuentran una explicación. Las causas no son siempre objetivas. Las explicaciones pueden ser tan variadas como: por cómo andamos, la posición en la que nos sentamos, la postura que tenemos al dormir, el sedentarismo, la obesidad, etc. Son algunas de las causas más frecuentes. Sin embargo, hay otra causa de la que no se habla tanto, que también es muy importante: las causas psicológicas y los conflictos emocionales.
Relación entre el dolor de espalda y las emociones
Hoy día sabemos mucho más acerca de los aspectos psicosomáticos, en relación a cómo afecta el estrés, la ansiedad, las preocupaciones y nuestro modo de vida a nuestra salud física. Se sabe que la salud mental tiene una estrecha relación con la salud física, y los dolores de espalda no son una excepción. Muchas personas incluso pueden sufrir una hernia de disco, sin saber los motivos que les ha llevado a sufrir de esta grave dolencia.
¿Por qué las emociones afectan a nuestra salud física y dolores de espalda? La respuesta radica en cómo hemos aprendido a vivir y gestionar nuestras emociones. Por lo general, la mayoría de personas carecemos de habilidades para gestionar nuestras emociones, por lo que acabamos sufriendo un malestar significativo ante ciertas situaciones de nuestra vida cotidiana. Las emociones cuando no son comprendidas ni expresadas, cuando son reprimidas se convierten en un conflicto interno. Este conflicto da lugar a una serie de manifestaciones físicas, entre ellas los dolores de espalda, que incluso podemos sufrir crónicamente, sin saber cómo darles solución.
Cuando la medicina convencional no da resultado
En multitud de ocasiones se prueban todo tipo de métodos y fármacos, a través de la medicina convencional para curar una dolencia física, y no funcionan. En la mayoría de ocasiones esto significa que la raíz del problema es psicológica, y hasta que no sea tratada, los dolores seguirán adquiriendo un mayor protagonismo. Es de gran importancia reconocer que los problemas psicológicos pueden derivar en problemas físicos graves.
Un dolor emocional da lugar a un dolor físico, esto es algo que está comprobado. La terapia psicológica además de ayudarnos con las afectaciones mentales y el sufrimiento emocional, también nos puede liberar de muchas dolencias físicas, que son consecuencia de una mala gestión de nuestras emociones.
¿Qué significado tienen cada uno de nuestros dolores de espalda?
Dependiendo de la zona donde te suela doler la espalda habitualmente, puede estar relacionado con una emoción en particular con la que tienes el conflicto.
- Dolor de riñones, cintura y coxis: manifiesta presencia de inseguridades materiales y afectivas. Existe un vacío que causa una gran tristeza.
- Cervicales y las primeras 7 vértebras: conflictos con las necesidades básicas del ser. Problemas con la comunicación y la apertura frente a la vida. Sensación de que quieren juzgarte, herirte y criticarte. Te desvalorizas y sientes una gran injusticia.
- Lumbares: estrés laboral y preocupaciones, ansiedad generada por la falta de descanso.
Dolores crónicos
Muchos estudios han demostrado cómo las emociones pueden suponer un dolor en nuestro cuerpo permanente. Según la revista Psychology Today varios estudios han demostrado que el dolor crónico no solamente puede estar causado por una causa física, sino también por el estrés y conflictos emocionales.
Además, se encuentra una relación entre los problemas con diversas emociones, y la manifestación que tienen en partes específicas de nuestro cuerpo:
- Dolor de cabeza, está asociado a la responsabilidad que asumimos en nuestro día a día. En este caso la solución sería relajarse, desconectar un poco y disminuir esas tensiones que hemos acumulado.
- Dolor de cuello, está relacionado con el remordimiento y con el sentimiento de culpa. Esto puede significar que te estás juzgando de una forma muy severa, que te estás olvidando de ti mismo y no das lugar a la autocomprensión. A este aspecto puede darle una solución pensando en las cosas que te gustan de ti, comprendiéndote y perdonándote por las cosas que consideras que has hecho mal.
- Dolor de hombros, tiene que ver con soportar cargas psicológicas muy pesadas. Cargar con problemas, con los tuyos mismos e incluso con los problemas de los demás. Así es como los hombros se van tensando y van causando dolor. Se podría dar solución compartiendo los problemas, hablándolos y pidiendo ayuda.
Como hemos podido ver las emociones son un factor asociado a tus dolores físicos. Por eso, en estos casos, cuando no acabas de dar con la solución física, hay que atender a la solución del conflicto emocional. Simplemente atendiendo a lo que te sucede, yendo a la raíz de cuál es tu verdadero problema. Mediante una buena gestión emocional, podrás liberarte de muchos malestares físicos, los cuales condicionan a su vez tu comportamiento y carácter.