El síndrome de Asperger forma parte de los trastornos del espectro autista, siendo uno de los trastornos neurobiológicos más habituales y con menos reconocimiento. Quienes tienen este trastorno a menudo son discriminados, siendo objeto de burlas y demás. A continuación se explica todo sobre este síndrome, desde sus características, tratamiento, entre otros.
¿Qué es el síndrome de Asperger?
Como bien se señaló anteriormente, el síndrome de Asperger es un trastorno neurobiológico. Este afecta diversas áreas del neurodesarrollo, dificultando las habilidades de comunicación y comprensión, así como las habilidades emocionales e incluso las capacidades motoras.
Debido a esto, la gran mayoría de niños y adultos que poseen este trastorno son excluidos. Las personas con esta condición tienen una gran dificultad para relacionarse con los demás, además de no poder expresar correctamente sus emociones. De allí la importancia que la sociedad tome conciencia respecto a este síndrome.
Historia y reconocimiento internacional
La primera persona en estudiar como tal este síndrome fue Hans Asperger, quien lo había descrito en 1943. Sin embargo, debido a la Segunda Guerra Mundial, su trabajo no logró difundirse con éxito y fue ignorado por la comunidad psiquiátrica. No obstante, la psiquiatra británica Lorna Wing retomó las investigaciones de Asperger.
Fue entonces que, en 1943, Lorna Wing empleó por primera vez el término de ‘Síndrome de Asperger’, precisamente, en reconocimiento a Han Asperger. Posteriormente, en la década de los 90, este trastorno sería reconocido de manera internacional como una entidad clínica. En 1994, fue introducido en el ‘Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales’ (DSM).
En el 2006, se cumplía el centenario del nacimiento de Asperger, y a su vez, era el año en el cual se cumplían 25 años desde que Lorna Wing diera a conocer el trastorno de manera internacional.
A causa de esto, ese año fue declarado como el Año Internacional del Síndrome de Asperger. Un año después, en el 2007, comenzaría a celebrarse el Día Internacional del Asperger, cada 18 de febrero, en conmemoración al nacimiento de Han Asperger.
¿Por qué se produce el síndrome de Asperger?
Actualmente, no se conoce con exactitud la causa de que se desarrolle este trastorno. No obstante, varios factores pueden estar implicados en la aparición de este síndrome. Una de las explicaciones sugiere que el trastorno se origina en el vientre materno.
La estructura final del cerebro puede verse afectada por una falla en la migración de las células embrionarias. Esto causaría una forma alterada en la estructura del cerebro, generando así cambios en los circuitos neuronales, y con ello, la aparición del Asperger.
Sin embargo, existen otras teorías que tratan de explicar las causas de este síndrome. A pesar de esto, ninguna de las teorías o hipótesis existentes han podido explicar en concreto cómo se producen estos procesos.
Características principales
El síndrome de Asperger se caracteriza por una serie de síntomas relacionados, los cuales se presentan de manera distinta en cada caso. Sin embargo, todos los individuos que poseen esta condición tienen dificultades para la interacción social, entre otras características que se explicarán a continuación.
Interacción social y habilidades emocionales
Quienes tienen el síndrome de Asperger tienen grandes dificultades para sentir empatía por los demás. Asimismo, tienen dificultad o son incapaces de expresar correctamente lo que sienten o piensan. Una persona con esta condición es incapaz de reconocer cómo se sienten las personas con las que se comunica, pudiendo herir su sensibilidad sin percatarse.
A pesar de sus limitadas habilidades sociales, muchas de las personas con Asperger tratan de acercarse a los demás para entablar una conversación, aunque esto supone una gran dificultad para ellos. No obstante, algunos prefieren solo hablar con las personas que les agrade, desarrollando así un mutismo selectivo.
Además de esto, quienes tienen este trastorno son incapaces de reconocer de forma intuitiva las señales no verbales o aplicarlas por sí mismos. Es por ello que para los demás, el comportamiento de estas personas puede parecer extraño y peculiar. En general, las características de las habilidades sociales y emocionales de las personas con Asperger son:
- Incapacidad de interpretar señales paralingüísticas o no verbales.
- Falta de empatía por los demás.
- Dificultad para identificar los sentimientos propios.
- Reacciones emocionales desproporcionadas.
- Comportamientos sociales inadecuados debido a una dificultad para comprender el mundo.
Habilidades de comunicación y comprensión
En cuanto a la comunicación y comprensión de la comunicación de las personas con Asperger, se destaca la incapacidad de comprender el lenguaje figurado. Por lo tanto, las metáforas, las ironías, los sarcasmos y demás, resultan incomprensibles. Ellos toman este tipo de lenguaje como algo literal.
Por lo general, quienes tienen el síndrome de Asperger tienen un leguaje atípico, presentando un lenguaje muy formal o técnico. También es habitual que hablen con un tono de voz demasiado alto, presenten alteraciones en el ritmo del habla o empleen metáforas que solo ellos mismos pueden comprender.
Cabe señalar que al comunicarse, estas personas evitan el contacto visual y suelen abarcar temas muy concretos, dificultando una conversación fluida y entretenida para los demás. Todas las características relacionadas a las habilidades de comunicación y comprensión, a continuación:
- No hacen contacto visual, y de hacerlo, se nota forzado.
- Muestran poco interés en lo que los demás tienen para decir.
- Habla de forma peculiar, con tonos de voz altos, acentos extranjeros, lenguaje muy formal o de manera monótona.
- Incapacidad de comprender el lenguaje figurado.
- Suelen hablar mucho y sobre un tema en específico que es de su interés.
- Las conversaciones que mantienen a menudo son más parecidas a monólogos.
- Crea sus propias metáforas o palabras, comprensibles solo para sí mismo.
Comportamientos e intereses
Por otro lado, las personas con el síndrome de Asperger se caracterizan por tener comportamientos repetitivos, ritualizados e intereses específicos. Es así que presentan las siguientes características relacionadas a esto:
- Muestra gran interés por un tema en específico.
- Recolecta grandes cantidades de información sobre el tema de su interés.
- Suele hablar sobre su tema de interés, sin importar si la persona que lo escucha muestra desinterés.
- Tiene comportamientos repetitivos con las manos o el resto del cuerpo.
- Pueden tener rituales que deben cumplir para no sentirse angustiados.
- Les gusta la rutina y rechazan las cosas imprevistas e inesperadas.
Habilidades de movimiento
Asimismo, las personas con Asperger pueden caracterizarse por poseer cierta torpeza física y motriz. Es posible que al escribir tengan una mala caligrafía, les cueste montar en bicicleta, y demás. También es frecuente que adopten posturas extrañas al caminar, tengan problemas de coordinación y equilibrio, entre otros.
- Poca coordinación motriz.
- Problemas para abrocharse los botones o atar los cordones de los zapatos.
- Presenta una forma extraña de caminar o correr.
- Dificultad para realizar actividades físicas o cualquier deporte.
Otras características
Además de todas las características antes señaladas, también es posible que se presenten las siguientes:
- Sensibilidad o insensibilidad a estímulos visuales o auditivos.
- Problemas de sueño (dificultad para conciliar el sueño, despertar varias veces durante la noche, entre otros).
- Retraso al adquirir el habla.
- Dificultad para desarrollar tareas que requieren de memoria visual, percepción auditiva o visual-espacial.
Diferencias entre el síndrome de Asperger y el Autismo
Aunque el síndrome de Asperger forma parte de los Trastornos del Espectro Autista, este se puede diferenciar claramente del autismo. En primer lugar, quienes tienen autismo tienen poco o nada de lenguaje, mientras que quienes tienen Asperger, incluso pueden presentar verborrea.
Asimismo, las personas con autismo suelen tener algunos problemas de aprendizaje. Por su parte, quienes tienen Asperger tienen capacidades normales de inteligencia, e incluso, pueden tener competencias y capacidades más altas que la media de la población, aunque estas se limiten a un solo campo.
En cuanto a la parte social, las dificultades de relacionarse y comunicarse con los demás son mayores en las personas autistas que en las que tienen Asperger. Y por último, el coeficiente intelectual funcional es mejor en personas con autismo, mientras que el coeficiente intelectual verbal es mejor en quienes tienen Asperger.
Síndrome de Asperger en la infancia
Los niños con Asperger suelen tener dificultades para relacionarse con niños de su edad. En muchas ocasiones, prefieren relacionarse con los adultos. Además de esto, les cuesta adaptarse a las reglas de juego de los otros niños y se frustran fácilmente si las cosas no se hacen como ellos quieren. De hecho, son más propensos a tener rabietas.
Asimismo, no les gusta perder, no se interesan por los juguetes o programas de moda y no suelen jugar con muñecos. También prefieren jugar solos, no les agrada la idea de salir de la casa, y mucho menos de ir al colegio. Por otro lado, cuando se emocionan por algo, son bastante expresivos, saltan, gritan y demás.
Los niños con Asperger son completamente sinceros y no tienen nada de malicia. Sin embargo, no tienen empatía, por lo tanto, pueden hacer un comentario hiriente sin darse cuenta de las consecuencias. Usualmente, los niños con este síndrome son excluidos, e incluso son víctimas de abuso y acoso escolar.
Síndrome de Asperger en la edad adulta
Los niños, al llegar a la adultez deben seguir conviviendo con el Asperger. En la vida adulta, también se les puede dificultar relacionarse con otras personas, lo que les impide forjar amistades. También pueden tener problemas en el trabajo, ya sea por poca comunicación con sus compañeros o falta de atención en sus labores.
Por otro lado, las relaciones de pareja también pueden representar una gran dificultad. A causa de diversos factores, es posible que los adultos con Asperger desarrollen ansiedad y/o depresión. Desde la incapacidad de planificar su futuro, problemas para encontrar o mantener un empleo, hasta la dificultad de llevar una relación.
Pero no todo es negativo en la vida adulta de alguien con Asperger. Si asisten a terapias y reciben el tratamiento adecuado, estas personas pueden llegar muy lejos. Su gran capacidad para recolectar mucha información sobre sus temas de interés les puede ser de gran utilidad. Además, si trabajan en algo que se ajuste a sus intereses, pueden tener gran éxito profesional.
Tratamiento
Si bien el Asperger no tiene una cura como tal, pueden aplicarse tratamientos con la finalidad de ayudar a mejorar las habilidades sociales y demás. El tratamiento se centra en terapias psicológicas dirigidas, las cuales deben estar diseñadas específicamente para las características de cada individuo. Estas, por lo general, incluyen lo siguiente:
- Entrenamiento de las habilidades sociales.
- Terapias físicas.
- Terapia de lenguaje o logopedia.
- Entrenamiento y apoyo familiar.
- Terapia cognitivo-conductual.
Es crucial que en el tratamiento, las personas puedan recibir enseñanzas explícitas acerca de las relaciones sociales, así como estrategias para poder desenvolverse mejor en los entornos sociales. Asimismo, el apoyo de la familia también jugará un papel fundamental en el tratamiento.
Algunas señales para detectar el síndrome de Asperger
Teniendo en cuenta las características habituales en las personas con Asperger, es posible prestar atención a ciertas señales para conseguir detectar este síndrome. Si bien solo un profesional puede dar un diagnóstico concreto y acertado, puede ser de ayuda conocer estas señales. La intervención temprana puede mejorar el pronóstico de las personas con Asperger:
- Ausencia de empatía.
- No existe el contacto visual.
- Incapacidad de comprender analogías y el lenguaje figurado.
- Torpeza motriz o física.
- Presencia de conductas peculiares, comportamientos ritualizados y repetitivos.
- Tono de habla inadecuado, muy alto, monótono, acento extranjero, uso de palabras muy formales, verborrea (que habla mucho).
- Dificultad para relacionarse con otras personas y forjar amistades.
- Intereses muy puntuales y restringidos.
- Conductas forzadas, gestos poco naturales y rígidos.
El síndrome de Asperger puede ser diagnosticado a partir de los cuatro años de edad. Es fundamental lograr diagnosticar de forma temprana este trastorno. De este modo, el pronóstico es mucho mejor, pues se pueden emplear todas las terapias y la educación necesaria para ayudar a mejorar los distintos factores que se ven afectados por el Asperger.
Asimismo, es de gran importancia que todos tomemos conciencia acerca de este síndrome, así podremos apoyar y evitar la discriminación. Si alguien actúa distinto a los demás, no se tiene por qué excluir, sino todo lo contrario. Ser tolerantes, pacientes y querer comprender la situación, puede marcar una gran diferencia.