Anticipar el mañana

anticipar el mañana

La curiosidad de ser humano

El ser humano siempre ha sentido curiosidad por anticipar el mañana, y ahora más que nunca. Desde hace tiempo, ha hecho uso de recursos místicos para poder comprender los fenómenos que acaecerán. Esto, probablemente, sea producto de la incertidumbre.

Los estudios filosóficos sobre el tema señalan que el hombre teme a lo incierto, y por eso ha llegado al extremo de crear métodos y técnicas que le permitan, en cierto modo, controlar esa imprecisión o incertidumbre que ofrece el futuro.

Más allá, el hombre desea poder predecir y controlar esa incertidumbre propia de su existencia. Es decir, cuando no sabemos qué ocurrirá mañana, sentimos que caminamos en arenas movedizas.

Así, el ser humano ha creado también parámetros bajo los cuales moverse, y todo esto ha sido llevado al plano científico para que los demás crean, e incluso nosotros mismos, que todo está bajo control y que el conocimiento obtenido a través de la técnica sobre lo acaecido en el pasado nos ayudará a prevenir o anticipar el mañana.

El Covid-19 paró el mundo

Pero, ¿qué ha ocurrido ahora? Con la llegada del Covid-19 y la paralización del mundo, todas nuestras certezas se han caído. No tenemos sustentos, no sabemos cómo ocurrió ni qué pasará después y es por ello que pensamos en tantas opciones cuando se trata de anticipar el mañana.

Nos afanamos haciendo planes bajo una supuesta normalidad, tratamos de comprender la realidad y ajustarnos a ella, pero ahora todo el escenario es completamente diferente. Nada de lo que pudimos imaginar nos pudo alertar sobre lo que vendría.

Anticipar el mañana

De modo que ahora abundan los gurúes, además de expertos, tratando de vaticinar qué hechos ocurrirán, o qué pasará el día de mañana; la angustia y la ansiedad en este aislamiento va en crecimiento, pues, no vemos cambios, solo nuestras rutinas paralizadas.

Abrimos los diarios y las noticias no parecen esperanzadoras, ni tampoco parecen anticipar un fin. Muchos filósofos e historiadores también están tratando de analizar qué ocurrirá el día de mañana.

Si para expertos y catedráticos es difícil, ¿cómo podremos procesar estos eventos el resto de las personas que no hemos estudiado la evolución de la historia de forma académica?

Eso sí, muchos suponemos que, tras cada evento histórico importante, el mundo ha cambiado, ha generado nuevos patrones de supervivencia y las reglas han sido diferentes.

De hecho, cuando estuvo en boga el tema del terrorismo, todo lo que se hablaba era de ello. habían surgido nuevos temores entre la población, muchos temían embarcarse en aviones o compartir con ciertas personas, pero ahora que esto ha quedado atrás, ¿cómo nos vamos a relacionar de ahora en adelante y qué reglas van a regir nuestro mundo?

Las predicciones sobre el mañana

Cuando se trata de anticipar el mañana nadie tiene la certeza de lo que verdaderamente podría ocurrir. Algunos señalan, incluso, ahora mismo, que estamos viviendo un apocalipsis y que el fin de los tiempos ha llegado.

La realidad deja espacios abiertos para cualquier tipo de elucubraciones, y mientras unos se preocupan cómo será el mundo después de la pandemia, otros se preocupan por las reglas que regirán la economía.

Han trascurrido varios meses desde que un microorganismo se instaló en el planeta y todo ha sido diferente; cuando pensamos que todo está a punto de terminar, entonces se traslada el epicentro, y así continúa la cadena sin saber qué podemos hacer. Nos hallamos de manos atadas y los antiguos parámetros ya no nos funcionan para medir el mañana y anticiparlo.

Algunos pronósticos

Algunos analistas señalan:

“En todo caso, si aceptamos “el movimiento” como un punto de referencia para interpretar la realidad, es indudable que la incertidumbre está en el centro de los procesos de cambio que caracterizan nuestro tiempo. Atrás quedaron las certezas, las verdades eternas, los determinismos y los actos de fe en la razón como único instrumento posible para acceder al conocimiento.” Y, ciertamente, Morín no lo pudo decir mejor:

“Aunque conservemos y descubramos nuevos archipiélagos de certidumbre, debemos saber que navegamos en un océano de incertidumbre”.

Hoy día, podemos ver cuán real son estas palabras. Nadie sabe cómo será la normalidad en un par de meses, pero todos quieren estar listos para cuando llegue ese momento, aunque es totalmente desconocido para todos.

Hay quienes piensan que todo va a cambiar y el mundo en el que habitaremos será completamente diferente. Otros, pronostican que la globalización se detendrá y el capitalismo finalmente morirá. Pues, el planeta, literalmente, se ha detenido para que todos podamos sobrevivir y esto no lo habíamos visto nunca antes en nuestra historia humana.

Otro grupo considera que el coronavirus solo potenciará los sistemas que ya existen y que los patrones económicos se reforzarán, mientras hay quienes apuntan a que todo será igual. El presidente de Estados Unidos es uno de estos sujetos quienes consideran que nada va a cambiar y que la economía prima por sobre todo lo demás.

Otros expertos señalan que el concepto de soberanía será mucho más fuerte, sobre todo por todos aquellos países que han decidido cerrar sus fronteras y asegurar a quienes habitan en ellas. Personas con un pensamiento más arriesgado, estiman que China saldrá fortalecida de esta situación y que el Estado como modelo paternalista se impondrá en muchos países.

¿Liderazgo o competición?

Son tantas cosas que pensar, tanta osadía la de algunas mentes, pero, al final, no sabemos cómo viviremos el mañana.

Ciertamente, es probable que acudamos a las citas médicas de forma remota, es decir, en línea, o que temamos acudir a eventos masivos; quizá tengamos miedo, al inicio, de establecer nuevos contactos, mientras que otros anhelan poder abrazar fuerte a quienes aman y tienen tanto tiempo sin ver.

El mundo estará obsesionado con el hecho de las pandemias, y esto es algo innegable. El tema del terrorismo quizá pase a un segundo plano, pero, efectivamente podrían implantarse cambios, porque generalmente estos se instauran en medio de las crisis y no cuando ya han finalizado, así que queda esta brecha abierta para el pensamiento.

¿Estamos retornando hacia el pasado o crearemos nuevas formas para vivir en el futuro?

¿Tú qué piensas sobre anticipar el mañana?

 

Bibliografía

-Aguiar González, F. (2004). Teoría de la decisión e incertidumbre: modelos normativos y descriptivos. Empiria. Revista de Metodología de Ciencias Sociales. https://doi.org/10.5944/empiria.8.2004.982

-Giacaglia, M. (2018). Hegemonía. Concepto clave para pensar la política. Tópicos. Revista de Filosofía de Santa Fe. https://doi.org/10.14409/topicos.v0i10.7430

 

Ingeniero informático, actualmente CEO y propietario de las empresas psiqueviva.com. Amo escribir y leer artículos interesantes e intento proporcionárselos a los usuarios de esta plataforma.

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