“El que no acepta pasa la vida peleándose con lo real, sin dar el primer paso del cambio: la aceptación”. José Antonio García-Monge2 Cita de su libro: “Treinta palabras para la madurez” (2009)
Sí alguna vez te has sentido que algo no encaja, incomodo contigo mismo, que te molesta todo y piensas que el mundo está en contra; si piensas que las situaciones te superan, que tu pareja no te entiende, que tus amigos te ven como si hablaras chino, que te sientes nadando contra corriente.
La incomodidad que sientes al empezar cada conversación llega a terminar en discusión o pelea de pareja, las experiencias desagradables que no terminas de experimentar por completo dejan huellas que se van transformando en un peso que trastoca tu experiencia presente. Si ese es el ámbito en el que te encuentras, debes revisar cómo está la aceptación propia de tu entorno, pareja o situación.
Cómo empezar aceptarse ayuda a la introspección, la observación de sí mismos, el confrontarse consigo mismo y darse cuenta de que algo no anda bien en nuestro mundo interior, que seguramente tienes cargas del pasado que conducen tu comportamiento actual.
Conseguir la aceptación de sí mismo
Una de las vías es volver a experimentar esa experiencia pasada, para descargarla de la importancia que le estamos dando, mientras más tratemos y veamos esas experiencias menos efecto y peso tendrán en nuestras vidas. Una vez disminuida la carga, la situación o el patrón dejarán de ocurrir en la mayoría de los casos, dejándote libre y más pleno de tus acciones. Podrás disfrutar así de la Vía verde ingenio para combatir la polución.
La aceptación personal lleva al descubrimiento, si definimos la aceptación: es la facultad de admitir, aceptar de manera voluntaria a sí mismo, otra persona, animal, objeto, pensamiento, visto desde el punto sicológico, de autoayuda o meditación. Es un proceso que nos lleva a comprender la realidad tal como es y no como quisiéramos que fuera, es tener una relación de convivencia con nuestro entorno (personas, rechazos, situaciones, objetos, enfermedades, otros).
Enfréntate y afronta la verdad sobre ti mismo, experimenta el dolor de la vivencia desagradable y ve dirigiéndote hacia la aceptación. En la medida que lo hagas con cada emoción, situación, que genere en ti rechazo, te hará más libre y consciente, intensificando tus vivencias de forma más completa y armoniosa.
Mientras más consciente eres, conseguirás un despertar donde fluirán las nuevas y mejores vivencias. Ejemplos de aceptación serían: aceptar el pasado, la forma de ser de los otros, la edad y sus consecuencias, limitaciones, el trabajo, situaciones, nuestro cuerpo, etc. Concebir los hechos con una visión más amplia, teniendo en cuenta las diferentes perspectivas de la realidad. Integrarlas de una forma más idónea, según García Monge (2009). Afirma así que “aceptar es ver el dato que rechina en una perspectiva más amplia”, en definitiva, se trata de considerar otros puntos de vista, ampliar nuestra visión, para lograr armonizar ese dato “que rechina” en el conjunto global que lo integra y dinamiza.
No pasa nada, “date cuenta de la incomodidad, confrontando la verdad con integridad, aceptando, amar lo que tú eres, ser tú mismo es despertar…despertar en sí mismo es un proceso”, Sri Bhagavan
Este proceso une el intercambio con el entorno y el cambio personal, que nos da paso a un crecimiento personal, donde se adquiere un conocimiento más amplio de las limitaciones Generando la apertura al cambio, nos hacemos conscientes de lo que somos nosotros mismos y los demás, y así mismos contamos con nuevas posibilidades como seres humanos. Es una experiencia maravillosa descubrirse, aceptarse, amarse así mismo… Sé tú mismo todo ello te llevará a tu espíritu un gran despertar.