La mente humana funciona de una manera bastante compleja. Tanto así, que aún con los avances tecnológicos que poseemos desconocemos a ciencia cierta el funcionamiento de esta en su totalidad. Son múltiples los síndromes y trastornos que pueden presentarse y afectar nuestras emociones, conductas y hasta pensamientos. Hoy abordaremos el Síndrome de Estocolmo, buscando aclarar de qué trata, cuáles son sus síntomas, causas y otros aspectos relevantes.
¿Qué es el síndrome de Estocolmo?
El síndrome de Estocolmo es bastante particular, pues el mismo se caracteriza por el vínculo afectivo que puede desarrollar una persona hacia otra, tras vivir situaciones en donde se produzca la privación de libertad voluntaria. Uno de los ejemplos más comunes de este síndrome puede verse en los casos de aquellas personas secuestradas que pueden terminar enamorándose de sus captores, siendo incluso capaces de apoyarlos y justificar los crímenes que estos realizan.
Cabe destacar, que este síndrome no solo puede producirse en las víctimas, en ocasiones los captores o victimarios también pueden desarrollar sentimientos afectivos hacia sus rehenes. Sin embargo, esto no es frecuente y depende de diversos factores que te mencionaremos más adelante. Aunque por lo general, el síndrome aparece en muchos casos cuando el captor y la víctima comparten una gran cantidad de tiempo juntos y cuando generan empatía entre sí.
No obstante, se trata de un síndrome bastante extraño que no se produce con mucha frecuencia. Pues vivir una situación de secuestro o de privación de libertad involuntaria, para la mayoría de personas además de resultar traumático, resulta repudiable. Pues se trata de un crimen que bajo ningún motivo debería justificarse.
Origen del Síndrome de Estocolmo
Este síndrome lleva el nombre de Estocolmo debido a un hecho que se produjo en la capital sueca durante principios de 1970, donde unos rehenes generaron sentimientos afectivos y de apego hacia sus captores, en un asalto que realizaron a un banco. Tal llegó a ser el vínculo emocional producido, que las víctimas se negaron a testificar en contra de sus captores.
Siendo este, el primer precedente que se tiene en cuanto al origen de este síndrome. El cual se estudió y dio a conocer por primera vez durante el año 1973, por medio de un psiquiatra noruego llamado ‘Nils Bejerot’.
¿Cuáles son las causas de este síndrome?
Se cree que las causas del síndrome de Estocolmo pueden originarse a través de diversos factores. Aunque principalmente, se establece como base de este el vínculo afectivo que es capaz de desarrollar la víctima hacia su captor o viceversa.
A continuación, te hablaremos con mayor detalle sobre alguna de las posibles causas que pueden estar relacionadas con la aparición de esta psicopatología.
- Vivir un acontecimiento traumático (tal como puede ser un rapto, secuestro o alguna situación en donde se prive a la persona de libertad de manera ajena a su voluntad).
- Rechazo hacia las figuras de autoridad.
- Confusión emocional al no manejar la víctima la situación que está viviendo.
- Este síndrome también puede originarse como un mecanismo de defensa empleado por la víctima, en donde busque cooperar con su captor para sentir que su vida se encontrará a salvo.
- Que se establezca empatía o vínculos emocionales con el captor, incrementa considerablemente las probabilidades de originar este síndrome.
Otras causas del síndrome de Estocolmo
Además de lo recién mencionado, se cree que pueden existir otro tipo de factores que pueden aumentar la posibilidad de desarrollar el síndrome de Estocolmo tras vivir una experiencia traumática. Pudiendo estar vinculados algunos de estos factores con distintos tipos de abusos, tales como pueden ser:
- Abuso infantil (psicológico y físico).
- Haber sido privado de libertad con anterioridad (haberse encontrado en cautiverio antes, o haber sido prisionero de guerra, por ejemplo).
- Formar parte de algún grupo/secta u organización en donde se lleven a cabo prácticas que incluyan maltrato o abuso psicológico, así como físico.
¿Cuáles son sus síntomas?
En caso de que sospeches que puedas padecer el síndrome de Estocolmo, lo mejor que puedes hacer es acudir con un profesional de la salud para realizarte una evaluación médica. No obstante, existen algunos síntomas o señales, que pueden indicar la posible presencia de este síndrome, tales como pueden ser:
- Empatía, así como sentimientos afectivos, positivos o benevolentes hacia el captor.
- Justificar la conducta del captor, creyendo que esta puede estar bien.
- Motivación de seguir en contacto con el captor incluso después de haber vivido el suceso.
- Cambiar la percepción que se tiene hacia el captor, dejando de ver el peligro que este puede representar para su vida.
En todos los casos, los rehenes en un principio sienten temor por su vida, atravesando así por distintas etapas en donde puede originarse la aparición de este síndrome. Es por ello, que mientras más tiempo la víctima comparta con su captor, aumenta las posibilidades de que puedan presentarse algunos de los síntomas mencionados antes.
Esto como consecuencia hace que las víctimas puedan llegar a establecer empatía con los captores (especialmente si los victimarios no tienen conductas agresivas físicas o verbales con sus rehenes).
¿Existe algún tratamiento para el mismo?
A pesar de que a nivel general este síndrome no suele requerir tratamiento (pues el mismo desaparece solo con el transcurrir del tiempo). No obstante, si se llega a sospechar sobre el padecimiento del mismo, lo más adecuado es acudir con un profesional de la salud. De esta manera, dicho profesional podrá evaluar el caso con detalle, e indicar las estrategias a seguir para afrontar la aparición de este síndrome de la mejor manera.
Por otro lado, es importante que quien sospeche padecer este síndrome esté consciente de ello y desee recibir ayuda. De lo contrario, las herramientas brindadas por los profesionales, difícilmente podrán surtir el efecto deseado.
El impacto del Síndrome de Estocolmo en la sociedad
Por último, se ha visto que este síndrome debido a lo particular y extraño que resulta ha generado gran polémica dentro de la sociedad. Siendo así, objeto de estudio y análisis dentro del campo científico, como de otro tipo de áreas, entre las que pueden encontrarse el cine, la literatura, e incluso la música.
Indudablemente, se trata de un síndrome muchas veces difícil de entender, que nos demuestra lo complejo y extraño que resulta el funcionamiento de nuestros mecanismos internos. Por lo que dicha psicopatología, aún continúa siendo un curioso objeto de estudio dentro del campo de la psicología.