Franco Basaglia, en el libro Psiquiatría y antipsiquiatría ofrece una entrevista para tratar el tema de cómo está evolucionando la psiquiatría, y la importancia que tiene el movimiento ideológico y de carácter práctico de la antipsiquiatría. En este fragmento, Basaglia, hace una crítica hacia este tipo de instituciones mentales que ya no existen en nuestros días, gracias en parte al cuestionamiento y la crítica hacia los manicomios de los propios psiquiatras:
Basaglia como preso en la cárcel
«La primera vez que entré en una cárcel era yo estudiante de medicina y entré como prisionero político, o sea como recluso. Era la hora en la que se vaciaban las bacinillas de las celdas y mi primera impresión fue la de entrar en una enorme sala anatómica en donde la vida tenía el aspecto y el olor de la muerte.
La cárcel se me aparecía como un estercolero impregnado de un hedor infernal en donde unos hombres con bidones sobre los hombros desfilaban para verter su contenido en las alcantarillas. El equipo que cumplía con esta tarea estaba compuesto por detenidos privilegiados que podían salir de las celdas, lo cual ponía en evidencia como en las cárceles existía una estratificación social sobre la que se fundamentaba un tipo de vida completamente autónomo: la vida de la segregación.
El hombre y la cárcel eran, en realidad, el carcelero y el encarcelado, y uno y otro habían perdido toda cualidad humana, adquiriendo el sello que imponía la institución.»
Basaglia como director del manicomio
«Después de algunos años entré en otra institución cerrada: el manicomio . Esta vez no como internado, sino como director. Estaba en el grupo de los carceleros, pero la realidad que vi no era distinta: también aquí el hombre había perdido toda su dignidad humana; también el manicomio era un enorme estercolero.
Pero había una diferencia: el que entra en esa institución, definida como hospitalaria, no asume el papel de enfermo, sino el de internado que debe de expiar una culpa de la que no conoce las características, ni la condena, ni la duración de su expiación.
Hay médicos, batas blancas, enfermeros, enfermeras, como si se tratase de un hospital, pero en realidad se trata solamente de un lugar de custodia, donde la ideología médica es una coartada para la legalización de una violencia que ningún organismo está destinado a controlar, ya que la delegación hecha al psiquiatra es total en el sentido de que el técnico encarna concretamente la ciencia, la moral y los valores del grupo social del cual es -en la institución- el representante delegado. »
Franco Basaglia acerca de los manicomios.
Bibliografía consultada:
BASAGLIA, F. (1973). Psiquiatría y antipsiquiatría. Salvat. México.