Consejos para ayudar a tus hijos con sus problemas lingüisticos

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Educar un hijo/a con problemas lingüísticos puede ser una tarea difícil para los padres, sobre todo si no saben cómo afrontar las conversaciones con él/ella. Es muy importante tener en cuenta una serie de indicaciones a la hora de hablar con nuestros hijos, ya que esto nos ayudará en gran medida a que puedan superar sus problemas de hablaEn nuestro lenguaje, el español, se pueden presentar multitud de dificultades para nuestros hijos ya sea de forma hablada o escrita. Sabeos que los niños en las etapas iniciales son una gran esponja que absorben muy bien los idiomas, aunque hay niños que presentan problemas y es necesario que puedan contar con nuestra ayuda. Les enseñamos a que utilicen las oraciones coordinadas desde un principio.

Más adelante les enseñamos a emplear trucos para que sepan identificar las oraciones subordinadas y las oraciones compuestas. Este trabajo ha de ser ajustándonos siempre a sus logros, no se puede avanzar hasta que no maneje bien lo que le hemos enseñado.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo/a con sus problemas lingüísticos?

A la hora de enfrentarte a esta problemática, es importante que sobre todo guardes la calma y seas paciente. De lo contrario tu hijo/a puede verse afectado por tu nerviosismo y tu intranquilidad. Te vamos a dar algunas recomendaciones sobre cómo has de enfrentarte a esta situación y cuál es la actitud más apropiada para ayudar a tus hijos con sus problemas lingüísticos que son propios de las dificultades con lengua y literatura:

  • Tener una actitud tranquila y acogedora frente a sus expresiones, sean las que sean.
  • Hablar de forma lenta, hacer pausas, ayudarse con gestos que faciliten la comprensión por su parte.
  • Cuando la situación lo permita, compartir la mirada y ponernos a su altura para establecer contacto
    visual.
  • Mostrar siempre interés por lo que nos diga con expresiones de la cara como una sonrisa, o acercando la cabeza para que note que esperamos su respuesta.
  • Dejarle espacio para la iniciativa.
  • Cuando intente decirnos algo, no adelantarnos. Por ejemplo, no adelantarnos diciendo “¿La mesa? ¿La silla? ¿El plato?” cuando nuestro hijo nos señale la mesa e intente decirnos algo. Si le damos tiempo terminará diciendo una palabra, y entonces podremos completar lo que intenta decirnos.
  • Respetar siempre los silencios. Si “invadimos” su tiempo con nuestro discurso nuestra habla no le ayudamos a aprender los “turnos de palabra” y podemos generarle ansiedad. También es importante no responder por él una pregunta. Si no responde, respetemos su silencio, y si dice algo entonces podemos aprovechar para continuar demostrando nuestro interés.
  • Ajustar el lenguaje cuando nos dirigimos a él, intentando escoger frases y palabras sencillas, sin dar explicaciones demasiado largas.
  • Hacer correcciones de forma indirecta: si él nos dice “guau” para referirse a un perro, confirmamos “sí, es un perro. El perro hace guau”.
  • Nunca corregirles directamente ni hacerle repetir palabras. Nosotros le devolvemos el modelo correcto, pero sin exigir la repetición.
  • “Expandir” lo que él quiere decir. Cuando dice frases de una o dos palabras, devolver lo que nos ha dicho con alguna más. Por ejemplo:- El niño dice “¡Papá!” y la madre contesta “Si, papá ha venido.
    – El niño dice “Guau corre” y los padres contestan “Si, el perro corre mucho.”
  • Valorar siempre los avances.
  • Reducir las preguntas directas y favorecer las preguntas de elección, por ejemplo “¿Quieres jugar al puzzle o a los animales?”.
  • Cantar: La música es un “cojín” fantástico para aprender lenguaje. Para los niños es mucho más fácil recordar las palabras con las melodías (ayuda a mejorar el vocabulario y la articulación de una manera divertida y compartida).
  • Jugar juntos, dejando espacio y tiempo para hacerlo. Durante el juego, es importante estar alerta a las situaciones que le interesen y motiven más. Para ello no es necesario que nos diga nada, con su mirada o actitud podemos intuirlo. Y siempre intentar dejar que sea él el que nos “organice”.
  • Hablar siempre de una forma clara y tranquila mientras compartimos una actividad, sea la que sea.

Explicar cuentos de forma diaria. Si incorporamos esta actividad a nuestra rutina diaria es muy importante que siempre sea una actividad deseada y agradable.- Podemos explicar el cuento para que reflexione, leerlo, mirar las imágenes, buscar objetos, personajes, etc.

– Alternar la elección: un día elige él y otro día elegimos nosotros.

– Es bueno repetir las historias, incluso cambiar alguna parte para volverla absurda, que él se dé cuenta y reírnos juntos.

– Con personajes dibujados o juguetes podemos jugar a representar el cuento. Incluso podemos improvisar unos títeres añadiendo un palo de helado a un dibujo que hayamos hecho.

La clave es realizar actividades que nos hagan sentir bien con nuestros hijos y siempre propiciar el intercambio comunicativo, de forma que nos ayudará a avanzar e ir solucionando poco a poco los problemas lingüísticos sin generar malestar o frustración, que pueden influir muy negativamente en la evolución del niño.

Ingeniero informático, actualmente CEO y propietario de las empresas psiqueviva.com. Amo escribir y leer artículos interesantes e intento proporcionárselos a los usuarios de esta plataforma.