¿Qué es la indefensión aprendida?

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La indefensión aprendida es un concepto ampliamente estudiado por el psicólogo estadounidense Martin Seligman. Para comprender cómo las personas nos paralizamos, dejamos de actuar y  generar cambios para nuestro bienestar, ante situaciones que han resultado dolorosas.

  • ¿En qué consiste la indefensión aprendida?

La indefensión es una sensación, en la que un sujeto emite una conducta en la que se muestra pasivo ante una situación en la que puede cambiar su respuesta para encontrarse bien, e incluso encontrar la solución adecuada. La pasividad aparece como un aprendizaje de una situación en la que se ha visto desprovisto de recursos para poder darle solución. La persona aprende que haga lo que haga no va a poder cambiar sus circunstancias, y ante esta creencia aparece la depresión, la desmotivación, desilusión y desgana. Estas personas llega un momento en el que son incapaces de ayudarse así mismas debido a la indefensión aprendida

Las situaciones incontrolables no son suficiente motivo para desencadenar la depresión e indefensión aprendida, por lo que hay que tener en cuenta también cómo la persona se proporciona la explicación de lo que está sucediendo. Cuando lo atribuye a factores internos, en cuanto a que es su responsabilidad, lo que sucede es que desciende autoestima. Una atribución de factores estables, en cuanto a cosas que no le resulta posible cambiar, provoca expectativas de no poder cambiar la situación ante eventos futuros, lo que llevaría a tener ciertos síntomas depresivos que se extenderían en el tiempo. A través de factores globales, se realizaría una sobregeneralización, que afectaría al modo de comportarse en otras muchas situaciones diferentes.

Estos estilos atribucionales representan un grado diferente de vulnerabilidad ante la depresión, que solo llegaría a manifestarse siempre y cuando se tenga una expectativa de no poder controlar una situación altamente deseable, y que haya desencadenado un hecho aversivo.

desesperanza

  •  Experimentos con animales

Seligman realizó diversos experimentos con animales, en los que descubrió un comportamiento asombroso y a su vez preocupante. Realizó pruebas con dos perros metidos en una jaula, a los que se les proporcionaba una pequeña descarga eléctrica inocua, uno de los perros tenía la posibilidad de cortar la corriente con el hocico, en cambio el otro no. El perro que podía cortar la corriente se sentía enérgico y alerta. El otro perro estaba nervioso y cabizbajo. Las condiciones cambiaron, y ahora ambos perros podían parar la corriente con el hocico. El perro que antes no había podido, ahora se mostraba indiferente, y sufría el malestar sin intentar parar la corriente. Tenía la posibilidad de cambiar su situación y mostró una actitud de total indefensión.

  • Ejemplos de casos específicos

Existen ciertas situaciones específicas donde la indefensión aprendida se hace patente. En la violencia de género, donde una persona soporta las agresiones tanto físicas como psicológicas de su agresor, con la idea de que esa persona cambiará, y echándose la culpa de lo que ocurre, pensando que nada se puede hacer al respecto; se acaban las personas maltratadas por resignar y aguantar esta situación tan dañina y frustrante.

«A la indefensión se llega cuando: se expone a la víctima a peligros físicos y no se le advierte o ayuda a evitarlos, se la sobrecarga con trabajos, se le hace pasar por torpe, descuidada, ignorante etc.; la falta de afecto unido a la repetición y prolongación en el tiempo de actitudes despreciativas, acompañadas con bruscos cambios del estado de ánimo del agresor, sólo es comparable a algunas torturas.» (Miguel Lorente Acosta – delegado del gobierno para la violencia de género).

Violencia indefensión

  • Contextos cotidianos

Existen muchos contextos cotidianos en los que aparece el sentimiento de estar indefenso ante la situación que estamos viviendo. Ya sea ante un trabajo con malas condiciones, estudio de exámenes o pruebas de acceso, relaciones sociales, etc. Aparecen en nuestra mente mensajes del tipo: es inútil, no saldrá bien, no me atrevo, es demasiado difícil, no lo conseguiré; y un amplio abanico de automensajes que contaminan e influyen en nuestras capacidades, evitando que afrontemos una situación que nos resulta importante, perdiendo así nuestra libertad para desarrollarnos.

  • Inducir indefensión aprendida

En este vídeo se muestra un experimento, en el que una maestra consigue hacerle sentir a sus alumnos la indefensión aprendida, en tan solo 5 minutos:

Bibliografia consultada:

Abramson, L. Y., Seligman, M. E. P., & Teesdale, J. D. (1995). Indefensión aprendida en humanos: crítica y reformulación. Avia, Mª D. y Sánchez Bernardos, Mª L.: Personalidad: aspectos cognitivos y sociales. Madrid: Pirámide, 327-354.

[smartads]

Ingeniero informático, actualmente CEO y propietario de las empresas psiqueviva.com. Amo escribir y leer artículos interesantes e intento proporcionárselos a los usuarios de esta plataforma.