Neurobiología de la hipnosis

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A pesar de todos los mitos y supersticiones que rodean a la hipnosis y de la versión altamente distorsionada que la sociedad recibe a través de películas, libros y algunos espectáculos, lo cierto es que se trata de un hecho científicamente demostrable que los investigadores estudian desde hace décadas. En la actualidad se entiende como el procedimiento mediante el cual un persona (el sujeto) es guiada por otra persona (el hipnotizador) para responder a sugestiones que implican cambios en la experiencia subjetiva, alteraciones en la percepción, sensación, emoción y/o conducta.

Si bien hasta ahora era una técnica utilizada con asiduidad en diversas disciplinas sanitarias y con una probada eficacia, se desconocía el cómo y el por qué de su funcionamiento. En los últimos años, gracias al gran desarrollo experimentado por las neurociencias y al refinamiento de las técnicas de neuroimagen se ha logrado profundizar en el conocimiento del fenómeno hipnótico.

A continuación trataremos los correlatos neurobiológicos de la hipnosis y su relación con las dos principales teorías sobre la naturaleza de la hipnosis. La primera, la teoría del estado, postula que la hipnosis corresponde a un estado de conciencia neurofisiológicamente distintivo. La segunda, la teoría del no-estado, postula que la hipnosis sólo representa diferentes cambios neurofisiológicos asociados a sugestiones específicas dependientes de variables psicológicas como las expectativas, creencias, motivaciones o imaginación del sujeto, pero sin constituir un estado de conciencia.

Teoría del estado en hipnosis

Un estado de conciencia podría definirse como un patrón discreto de interacciones neuronales que involucra múltiples regiones cerebrales. En los experimentos que se realizan en esta área se centran en correlacionar cambios en la experiencia consciente con cambios en la actividad de estructuras neuronales específicas durante hipnosis neutral (condición en la que el hipnotizador induce la hipnosis pero sin sugerir cambios en las percepciones).

En un estudio con resonancia magnética funcional (fMRI) se encontró que en sujetos altamente hipnotizables, al encontrarse en hipnosis neutra, se producía una disminución de la actividad en el córtex cingulado anterior, en el giro frontal medio y superior bilateral y en el giro frontal medial izquierdo. Una reducción de la actividad como la observada se produce únicamente durante tareas atencionales, con la diferencia de que ésta viene acompañada por un incremento de la actividad en otras zonas que no se produjo durante la hipnosis.

Mediante tomografía por emisión de positrones (PET) se demostró que el estado hipnótico neutral en sujetos altamente hipnotizables correlaciona con un aumento del flujo sanguíneo y de actividad en la corteza occipital bilateral. También se observó un patrón de actividad coordinado entre el córtex cingulado anterior, el giro frontal inferior derecho, el lóbulo parietal inferior derecho, el tálamo y el tronco cerebral. Este patrón de actividad se interpreta como una disminución de la atención hacia estímulos externos no relevantes durante el estado hipnótico.

En un análisis mediante electroencefalograma (EEG) en el que se analizaron las ondas beta y theta (asociadas a vigilia y relajación respectivamente) se observó que durante la hipnosis neutral los sujetos altamente hipnotizables presentan un estado de alerta y atención superior a los poco hipnotizables. También se observaron diferencias en la lateralidad y fuente de las ondas, que sugerirían una mayor capacidad imaginativa de los sujetos altamente hipnotizables. Otros estudios con EEG han encontrado patrones similares a los observables en meditadores expertos.

Todos estos hallazgos apoyan la existencia de un estado de conciencia hipnótico.

Teoría del no-estado en hipnosis

 El estudio neurocientífico se ha centrado en el efecto de la sugestión hipnótica sobre la actividad neurofisiológica durante la ejecución de tareas neurocognitivas específicas. Por ejemplo, se realizó un estudio sobre el dolor en el que se probó tanto a producir como suprimir el dolor de los participantes mediante sugestiones hipnóticas. Cuando se produjo dolor, se observó una activación de la corteza cingulada anterior y de la ínsula, pero no de la corteza sensoriomotora, que sí se activa cuando el dolor es producido de forma física. Durante la supresión hipnótica de una estimulación dolorosa se produjo una disminución de la actividad del córtex cingulado anterior, la ínsula, el córtex prefrontal, el cuerpo estriado, la corteza premotora y somatosensorial primaria, el tálamo y el tronco encefálico.

En una exploración mediante PET referente a las alucinaciones auditivas se observó un aumento del flujo sanguíneo en el giro cingulado anterior derecho durante las alucinaciones, dicho aumento de riego era mayor cuanto mayor era la vivacidad de la percepción.

Las sugestiones hipnóticas también se han utilizado para inducir en sujetos sanos sintomatología propia de trastornos neuropsicológicos tales como el Síndrome de Neglect o diversas parálisis, y se ha encontrado que las áreas que reducen su actividad durante la sugestión son las mismas que se encuentran afectadas en los pacientes reales.

  • Conclusiones

Dado que la mayoría de los estudios realizados hasta el momento son de índole correlacional y ambas teorías predicen cambios en la actividad cerebral, de momento resulta imposible descartar ninguna de las dos. Serán necesarios más estudios para poder determinar la auténtica causalidad de la hipnosis.

Ingeniero informático, actualmente CEO y propietario de las empresas psiqueviva.com. Amo escribir y leer artículos interesantes e intento proporcionárselos a los usuarios de esta plataforma.