La hipnosis: esa gran desconocida

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La hipnosis es una herramienta terapéutica altamente infravalorada por la población general e incluso por algunos profesionales de la salud. Esto se debe principalmente a la imagen distorsionada que se tiene de ella a consecuencia de infinidad de películas, en las que se retrata al hipnotista como un hombrecillo con turbante que hace a la gente comportarse como gallinas sobre un escenario, o les sonsaca embarazosos secretos ante una multitud. Pero esta imagen está completamente apartada de la realidad; de hecho me atrevería a decir que el 90% de las creencias de la población general sobre la hipnosis están equivocadas:

¿Qué NO es la hipnosis?

  • Cuando alguien está hipnotizado NO está dormido. El sujeto no pierde la consciencia en ningún momento. De hecho podría decirse que está más consciente que nunca, sus percepciones sensoriales se amplían.
  • Cuando alguien está hipnotizado NO está bajo el control del hipnotizador. El sujeto es tan libre como siempre lo ha sido. No obedece ciegamente las instrucciones que se le dan, no se le puede obligar a hacer cosas en contra de su voluntad, no pierde su capacidad de decisión, jamás hará bajo hipnosis algo que no haría “en estado normal” ya sea por vergüenza, porque atente contra sus valores o simplemente porque no quiera.
  • Ser hipnotizable NO implica ser “débil mental”. En general las personas más hipnotizables son las que tienen una mayor capacidad de concentración e imaginación.
  • Lo que se recuerda bajo hipnosis NO tiene por qué ser cierto. Todos poseemos falsos recuerdos, creemos recordar cosas que nunca ocurrieron o las recordamos de forma distorsionada. Que recordemos algo estando hipnotizados no garantiza que vaya a ser cierto, es más, al estar los procesos imaginativos muy implicados en el estado hipnótico podría ser más fácil que distorsionásemos los recuerdos.
  • Cuando alguien está hipnotizado NO siempre dice la verdad. Como ya se ha dicho más arriba, en ningún momento se pierde la capacidad de decisión ni se puede obligar a nadie a nada. Esto se aplica también a sus palabras, una persona puede mentir con la misma facilidad estando o no hipnotizado.
  • Cuando alguien está hipnotizado NO se puede quedar “atrapado” en el trance. Ya hemos dicho que el sujeto mantiene la consciencia en todo momento y no pierde su capacidad de actuación, por lo tanto resulta absurdo pensar que pueda quedarse atrapada en ese estado.
  • La hipnosis en manos de un profesional NO es peligrosa. Como absolutamente todos los tratamientos puede surgir algún problema durante su aplicación, pero estos son mínimos y fáciles de solucionar.

    Hipnosis

¿Qué es realmente la hipnosis?

Estos y otros muchos mitos surgen a raíz de un mal entendimiento de lo que es el trance hipnótico, que realmente no se diferencia mucho del estado de concentración profundo en el que nos encontramos al leer un buen libro, cuando parece que las palabras se materializan a nuestro alrededor, cuando vemos una película o jugamos un videojuego y nos sentimos dentro de ellos mientras las horas pasan sin que nos demos cuenta, o incluso cuando nos quedamos removiendo el café con la mirada perdida centrados en profundas divagaciones.

Las posibilidades que ofrece la hipnosis son enormes. En el ámbito médico son bien conocidas sus aplicaciones analgésicas en cirugía para pacientes a los que no se les puede administrar anestesia, o para la paliación de los efectos secundarios en los tratamientos oncológicos; en psicología clínica se utiliza como complemento al tratamiento (la hipnosis nunca se puede considerar como un tratamiento en sí mismo) de multitud de problemas como ansiedad, dolor crónico, disfunciones sexuales, fobias, etc.

Todo esto sin olvidarnos de la hipnosis por diversión o hipnosis de espectáculo, que utiliza las mismas bases que la hipnosis clínica, simplemente que con un fin lúdico. Aunque los fundamentos en la hipnosis clínica y  la de espectáculo son los mismos, trabajan ámbitos completamente distintos. Por decirlo de una forma sencilla, la hipnosis clínica toca zonas más delicadas y sensibles que son en las que se localizan esos mínimos riesgos de los que hablaba antes, en cambio la hipnosis de espectáculo se queda en la “superficie”, por lo que es completamente segura.

Una vez dicho todo esto animo a los lectores a informarse apropiadamente de todo lo referente a la hipnosis en la abundante documentación científica que existe sobre el tema, a aceptar tratamientos con hipnosis cuando los proponga un profesional de la salud, y a no dejar pasar la ocasión, si alguna vez se les presenta, de participar en hipnosis lúdica.

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Ingeniero informático, actualmente CEO y propietario de las empresas psiqueviva.com. Amo escribir y leer artículos interesantes e intento proporcionárselos a los usuarios de esta plataforma.