Cómo sufren los hijos el divorcio de sus padres

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El divorcio es una situación que se produce habitualmente, y muchos son los afectados, quienes más lo sufren son sin lugar a dudas los niños. Los integrantes de la relación deciden no seguir adelante con sus vidas compartidas, es cuando cada uno de ellos tiene que encontrar su propio rumbo. Cuando hay niños de por medio la situación se complica y es importante tenerlos en cuenta en todo momento.

El cómo termina la relación y el proceso de divorcio es determinante sobre todo para los hijos, cuanto mejor concluyan los padres, dando una solución madura, sin necesidad de complicar las cosas y adentrarse en conflictos que no llevan a nada. Mejor podrán elaborar el proceso los hijos y menos consecuencias negativas habrá en su desarrollo físico, psicológico y emocional.

Aunque el efecto del divorcio siempre suele ser negativo, en muchos casos no queda más remedio, y a la larga es mejor solución que mantener una relación basada en los conflictos, la falta de amor y la discordia. En una situación de divorcio existen muchos cambios importantes por lo que es natural que genere estrés y cierta ansiedad tanto a los hijos como a los padres.

“Básicamente, el divorcio suele intensificar la dependencia del niño y acelerar la independencia del adolescente; a menudo provoca una repuesta regresiva en los niños y una respuesta agresiva en los adolescentes.”

Dr. Carl Pickhardt

Cómo puede afectar a los niños el divorcio

Las consecuencias que tiene el divorcio de los padres en los niños varían en función de cómo los padres se comporten y resuelvan la situación. Sin embargo, entre las consecuencias destacamos los siguientes puntos a tener en cuenta:

  • Los estudios muestran cómo los niños con padres divorciados tienden más a la dependencia de alcohol y otras drogas en la adolescencia.
  • En el área afectiva los niños experimentan una mayor sensación de abandono cuando tienen padres divorciados, y en la edad adulta tienen más complicaciones para establecer relaciones estables de pareja.
  • Los niños que han pasado por la situación del divorcio tienen una mayor vulnerabilidad a enfermar, puesto que su sistema inmune se resiente con tantos cambios y alteraciones emocionales.
  • Los cambios que se producen en su entorno empeoran su rendimiento escolar.

Los niños ante el divorcio

El divorcio no puede considerarse como una causa de problemas psicológicos, sino como un factor que hace a la persona más vulnerable (Vangyseghem y Appelboom, 2004).

Buscando el bienestar de los niños

Bajo estas circunstancias, como padres, aunque estemos pasando por un mal momento, y alberguemos rabia y dolor por los acontecimientos y las dificultades del divorcio. Resulta necesario no transmitir ideas, creencias y juicios negativos hacia la otra figura de apego que tiene el niño. No intentar utilizar a los hijos en ningún caso, por lo que hay que evitar descargar la rabia y el malestar en los niños.

Los niños al ser las principales víctimas de lo que representa el divorcio de sus padres, es necesario prestarles una atención especial, donde se considere la labor importante que el psicólogo infantil puede prestar en estos casos, ya que el niño cargará con una gran presión y unas creencias que pueden generarle culpabilidad, inseguridad y falta de autoestima; con lo que todo ello supone.

La separación de los padres, y el cambio de estructura familiar, hace que los niños queden expuestos a una gran vulnerabilidad, al sentirse divididos e impotentes ante el caos que reina en ese momento de sus vidas.

El papel del psicólogo en los divorcios

El psicólogo proporciona herramientas y estrategias tanto a los padres como a los niños en esta difícil situación. Es por esto que es una opción a considerar, ya que en estos momentos estresantes las relaciones pueden deteriorarse mucho y las consecuencias pueden ser irreversibles si no se tiene un especial cuidado.

Un psicólogo especializado nos ayuda a aprender y desarrollar diversas estrategias para que los niños sufran el menor impacto posible:

  • Asegurar a los niños implicación por parte de ambos padres en su educación y su bienestar tanto físico como emocional.
  • Alterar lo mínimo posible las rutinas y hábitos diarios de los niños (cambio de escuela, ciudad, amigos, actividades, etc.).
  • Apartar de los hijos todas las discusiones y riñas acaloradas que puedan tener lugar entre los padres. Evitando gritos, insultos, amenazas, y todo aquello que resulte violento para los niños.
  • Respetar el desarrollo del niño, su tristeza y su malestar, así como tener en cuenta sus opiniones y sus sentimientos. Entender que se encuentra en un momento de duelo.
  • No transmitir sentimientos negativos, reproches y resentimientos que se tengan hacia la otra persona a los niños.
  • Hablar con el niño acerca del tema y la situación sin engaños ni ocultaciones con un lenguaje sencillo para que lo pueda entender. Responder a todas sus preguntas con naturalidad.

Ingeniero informático, actualmente CEO y propietario de las empresas psiqueviva.com. Amo escribir y leer artículos interesantes e intento proporcionárselos a los usuarios de esta plataforma.