Acompañante terapéutico para personas con trastorno mental grave

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La figura profesional del acompañante terapéutico es poco conocida, ya que cuando escuchamos hablar de terapia lo asociamos a una clínica, un despacho y una interacción en un lugar cerrado, donde existen dos personas con un rol establecido, por un lado está el paciente y por el otro el profesional que conduce la terapia, ya sea un psicólogo o psiquiatra. Pero, ¿qué labor realiza el acompañante terapéutico?, ¿cuáles son sus funciones?, ¿qué tipo de personas lo necesitan?

En este artículo haremos un reconocimiento a lo que supone y representa la figura del acompañante terapéutico, y a su vez aportaremos información para hacernos una idea más clara acerca de la labor de este profesional. Una labor importante y necesaria, sobre todo, para muchas personas que tienen dificultades a la hora de hacer las actividades básicas de su vida diaria. Entre ellas destacamos a las que están diagnosticadas con algún trastorno mental grave.

Definiendo al acompañante terapéutico

El acompañante terapéutico puede definirse como la persona que brinda su apoyo y compañía a otra persona que lo necesita, en un contexto profesional. Esta labor se realiza con una persona diagnosticada con alguna enfermedad y que presenta algún malestar significativo. El profesional acompaña y se vincula con el tratamiento, formando también parte de él.

Este profesional que hace de acompañante terapéutico actúa como un auxiliar de la salud, comprometiéndose en el tratamiento de la persona afectada, asistiéndole de distintas formas, adaptándose a sus necesidades y siendo comprensivo en todo momento con las dificultades que presenta. Cada persona presenta sus propias dificultades dependiendo también de su diagnóstico: esquizofrenia, trastorno límite de la personalidad (TLP), autismo, psicósis, trastornos del desarrollo, etc.

Persona aislada

El rol que ejerce la persona que hace de acompañante terapéutico, es la de un profesional de la salud cualificado para acompañar y atender a la persona que sufre de una enfermedad o trastorno determinado. Puede ser un profesional relacionado con la psicología, enfermería o psiquiatría. Para que el acompañamiento resulte terapéutico y efectivo se ha de conocer bien el diagnóstico, y establecer un buen vínculo con la otra persona.

Los demandantes del acompañante terapéutico, por lo general, suelen ser los familiares, aunque es necesario que la persona que vaya a ser atendida esté de acuerdo y se preste a facilitar la labor al profesional quien le va a atender y acompañar. Si no hay una buena disposición de ser atendido, y existe un rechazo hacia el profesional, el acompañamiento difícilmente podrá llevarse a cabo.

¿Qué significa ser acompañante terapéutico?

Con cada persona aún teniendo el mismo diagnóstico es diferente, y sus necesidades a las cuales hay que atender serán diferentes. Por lo que la asistencia por parte del profesional dependerá ya no solo del diagnóstico, sino también de lo que la otra persona requiera y en lo que necesite ser asistida para recuperar, dentro de sus posibilidades, la funcionalidad que le permita ser más autosuficiente para realizar sus labores básicas diarias.

caminando

La labor que desempeña el acompañante terapéutico se basa sobre todo en el vínculo. La relación entre el acompañante y el acompañado es de por sí terapéutica. Puesto que además de brindar apoyo, se crea un vínculo basado en la confianza, la empatía y la comprensión. Los juicios y las críticas no tienen cabida en esta relación.

Muchas veces se trata de personas que les resulta difícil salir a la calle, ir a lugares donde tengan que interaccionar con otras personas, como puede ser un supermercado, la panadería o incluso una biblioteca. Se privan además de ir a sitios a los que les gustaría, como al cine, ir a comprar ropa, ver un espectáculo o comer en un restaurante. En todos estos casos ser acompañante terapéutico cobra un significado especial, puesto que va a ser el referente para que esa persona pueda salir al mundo, a apropiarse de su derecho a disfrutar, realizar actividades básicas cotidianas, y no dejarse atrapar por las limitaciones que le impone su propia mente.

Terapia multidisciplinar

Este tipo de terapia, la del acompañamiento,  se complementa con las demás terapias, por lo que no excluye ni a la terapia en clínica con un psicólogo ni la farmacológica con un psiquiatra. No solo es compatible, sino además necesaria, ya que de esta forma multidisciplinar es como mejor se puede ayudar a la persona que sufre de un trastorno mental grave.

Seguir las indicaciones pautadas en terapia puede no resultar suficiente para muchas personas, y es por ello que un terapeuta que haga de acompañante terapéutico ayudará mejor a la persona a afrontar su día a día. Atendiendo a sus dificultades in situ, estableciendo un vínculo terapéutico más solido y más honesto,  que facilite la motivación y la fuerza de voluntad para realizar muchas de las tareas esenciales, que le hagan recuperar su autonomía.

Experiencia como acompañante terapéutico

En mi experiencia como profesional haciendo acompañamiento terapéutico, puedo decir que llegar a comprender a la otra persona y a aceptarla tal y como es con sus dificultades, es un trabajo sobre todo de amor. Ya que significa ver a esa persona en su totalidad, su diagnóstico no es su identidad, ni sus dificultades conforman quien es. Viendo el conjunto se ve más allá de la problemática.

El vínculo es posible cuando vemos a la persona, empatizamos con ella y la comprendemos. De otra forma, difícilmente, personas que son más desconfiadas y no acostumbran a las interacciones sociales podrían confiar en un acompañante. En mi experiencia trato de no ofrecer mi apoyo como profesional sino como persona, y es así como me doy cuenta que tiene un mayor valor. Ya que me permite el encuentro y el contacto con alguien que, en realidad, en su profundidad no es muy diferente a mí: tenemos miedos, disfrutamos, nos entristecemos, queremos ser felices, compartimos motivaciones, gustos y sueños.

Para mí es muy satisfactorio que la otra persona pueda confiar en mí, y estar dispuesta a mostrarme su mundo interno. Un lugar en el que no se siente cómodo y no le es grato residir en él. Sufren de lo que viven consigo mismos y en relación a los demás. Por ello la terapia de acompañamiento terapéutico se basa en que puedan contar con alguien que deje de juzgarles, que les comprenda y puedan mirar en la misma dirección con ellos. Algo que les haga poder aceptarse y así dar lugar a la transformación.

Como bien decía Carl Gustav Jung, que dedicó su vida a los pacientes psicóticos: «Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma».

Ingeniero informático, actualmente CEO y propietario de las empresas psiqueviva.com. Amo escribir y leer artículos interesantes e intento proporcionárselos a los usuarios de esta plataforma.